LA SE�ORA DEL TRANSPORTE ESCOLAR Por Esper, esper_cl@yahoo.es Raymundo regresa a Chile desde Argentina, se separa, y va conociendo a la fortachona se�ora a cargo del transporte de su hijo al colegio. 1 RAYMUNDO REGRESA A CHILE Despu�s de pasar 6 a�os en Argentina trabajando en un cargo ejecutivo, Raymundo regres� a Chile. Contaba con ahorros suficientes para instalar su propio negocio, el que era su sue�o. Lo acompa�aba su esposa argentina y su hijo Rodrigo. Gisela, que as� se llama su esposa, es oriunda de Buenos Aires y llevaban 2 a�os casados. Se hab�an conocido en instancias sociales en esa ciudad. Ella siempre le result� atractiva a Raymundo. Con su estatura de 1,80, superior al 1,78 de �l, finas facciones, delgada y muy elegante, realmente llamaba la atenci�n. Su pelo era largo y lacio, casi negro. Sus ojos verdes y p�mulos salidos resaltaban a�n m�s su atractivo. Para Raymundo, aparte de ser un mujer agradable en la mesa y en la cama, Gisela era un buen complemente en sus reuniones sociales empresariales. En las comidas de empresas, ya fuera con clientes, proveedores o bancos, ella sab�a tener una conversaci�n agradable y de buen nivel. Eso era porque Gisela ve�a de una familia de empresarios, en ese momento con menos dinero, pero conservando h�bitos y relaciones. Cuando llegaron a Chile, Gisela ten�a 33 a�os y Raymundo 39. Su hijo Rodrigo, que a la misma fecha ten�a 10 a�os, era fruto de una relaci�n casual. Su madre era una secretaria de la empresa donde trabajaba entonces Raymundo. Ella misma reconoci� que no buscaba casarse con el ejecutivo. Su relaci�n fue resultado de un apasionamiento que ocurri� una noche, en la cual Raymundo la fue a dejar a su casa despu�s de una comida de la empresa. Fueron varias las veces que se vieron y repitieron la experiencia. Las cosas se arreglaron para que Rodrigo viviera con su padre, sin perder contacto con Anita, su madre. Facilitaba las cosas el hecho de que en Argentina tambi�n viv�a la hermana de Raymundo, y ella estaba casada y ten�a 3 hijos de edades cercanas a la de Rodrigo, con quienes �l se llevaba muy bien y pasaba mucho tiempo. La relaci�n entre Rodrigo y Gisela fue algo sin mucho sabor. Si bien no se llevaban mal, no se podr�a haber dicho que Gisela hubiera asumido el rol de madre. Raymundo siempre se preocup� de darse un tiempo con su hijo y otro con Gisela. Nunca salieron de vacaciones los tres aunque conviv�an perfectamente en la vida diaria. M�s de alguna vez Gisela fue a dejar a y a buscar a Rodrigo a una fiesta de cumplea�os, y conversaba diplom�ticamente con los padres anfitriones. De la misma forma, se hac�a presente cuando era Rodrigo quien celebraba su cumplea�os. Cuando viajaban a Chile Raymundo hac�a que Rodrigo pasara el mayor tiempo posible con su mam�. Incluso, en m�s de alguna ocasi�n Raymundo le pag� viajes a Buenos Aires a Anita para que estuviera con Rodrigo. 2 COMIENZA EL DISTANCIAMIENTO Pas� el tiempo y un a�o despu�s de que llegaron a Chile el matrimonio empez� a andar no del todo bien. Las desavenencias ven�an desde que comenz� al matrimonio, pero �stas eran superadas por el hecho de estar en Buenos Aires, el que era el ambiente natural Gisela, y por la intensa vida social a alto nivel que se llevaba, cosa que era muy del agrado de ella. No era menor, el hecho de que Raymundo ganaba buen dinero, lo que le permit�a a Gisela acceder a diversos lujos, como un departamento en un buen barrio, auto, peluquer�as, ropa y joyas. En Chile las cosas no fueron iguales que en Buenos Aires. A pesar de que Raymundo tom� en arriendo un departamento grande en un buen barrio de Santiago y Gisela pod�a contar con los mismos bienes que en Argentina, muchas cosas cambiaron. En la condici�n de empresario que iniciaba un negocio no contaba con mucho tiempo para dedicarle a Gisela y a su mismo hijo. Las comidas que eran habituales en su condici�n de ejecutivo, hab�an desaparecido. La familia de Gisela y sus amistades le hac�an mucha falta, m�s a�n por el poco tiempo que dispon�a Raymundo. En Buenos Aires ella iba con frecuencia a presenciar campeonatos de polo, ambiente al pertenec�a porque eran la pasi�n de su familia. Sus hermanos, primos y padre eran jugadores. Ese ambiente de polo en Buenos Aires era algo muy social y de elite. Muchas veces hab�a sido fotografiada para aparecer en las revistas de polo, para las p�ginas sociales. En Chile el polo se juega mucho menos que en Argentina. Adem�s, Raymundo nunca practic� ese deporte, por lo que para ella era casi imposible entrar a ese ambiente, el que desde ya era mucho m�s reducido que el de Buenos Aires. As�, hubo mucho problema de convivencia diaria, y el sexo tambi�n se hizo problem�tico. Raymundo comenz� a pensar que al matrimonio posiblemente no le quedaba mucho tiempo. Ya hab�a asumido que iba a tener una vida sentimental desordenada y tormentosa. Se hab�a casado enamorado de Gisela seg�n �l. Sin embargo con el tiempo se dio cuenta de m�s que enamoramiento hab�a habido una gran calentura, apoyado por el hecho de que ella era una excelente esposa como acompa�ante a los eventos sociales. Cuando llevaban un a�o en Chile y tres a�os de casados, se empez� a hablar de divorcio. Ocurr�a tambi�n que los negocios que emprendi� Raymundo no andaban del todo bien. Las ventas no eran las que se esperaban. El sab�a que m�s temprano que tarde iba a tener que reducir sus gastos. Y reducir gastos con Gisela no era algo f�cil de hacer, y desde ya era complicado dec�rselo. Pens� tambi�n que si se separaban, su hijo Rodrigo no iba a perder mucho, dado la neutral relaci�n que ten�a con Gisela, a quien siempre le hab�a dicho �t�a Gisela�. Todo ello llev� a �l a concluir que era conveniente que separaran, cosa que finalmente acordaron. Dado que no hab�a hijos comunes, no fue necesario que Raymundo acordara una pensi�n mensual o alg�n dinero para Gisela. Por lo dem�s los negocios de la familia de ella se hab�an recuperado por lo que ella necesitar�a el apoyo econ�mico de �l. Lo que buscaba Gisela era volver a Buenos Aires y reintegrarse a su mundo social. Aunque estar�a con la etiqueta de �separada�, dado la gran cantidad de gente que conoc�a, su reinserci�n le ser�a f�cil. Adem�s por su f�sico, los admiradores nunca le iban a faltar. Antes de que Gisela se fuera, hab�a que dejar resuelto unos cuantos tr�mites administrativos. Desde ya ella le devolver�a las tarjetas de cr�dito a Raymundo. Un detalle era el transporte escolar de Rodrigo. Dado que �l hab�a vivido la mayor parte de su vida en Buenos Aires, y que a�n era ni�o, su padre hab�a decidido que no deb�a irse solo al colegio. A veces el mismo lo iba a dejar al colegio en las ma�anas, pero no siempre pod�a dado su horario irregular. Otras veces lo iba a dejar Gisela, pero a ella no le agradaba levantarse temprano. Finalmente optaron por contratar un servicio transporte escolar. Quien hizo el trato directamente fue Gisela. De esto hac�a apenas una semana, por lo que Raymundo no conoc�an a quienes transportaban a su hijo. Gisela: Con respecto al transporte escolar de Rodrigo hay que pagarlo el primero de cada mes. Ya le adelant� dos meses a la due�a del minib�s. Raymundo: Ok. Adem�s es necesario que yo conozca a esa se�ora, ya que es quien transporta a mi hijo. Gisela: Claro que s�. Antes de que me vaya debo present�rtela. Raymundo: �Cu�l es su nombre? Gisela (tratando de recordar): �Ay! no lo recuerdo. Ya me voy a acordar. Raymundo: Bueno, me imagino que tienes anotado el tel�fono y el nombre. Gisela (pensando en voz alta): �C�mo es que se llama esa �grandota�? Raymundo (asombrado): �Grandota? �C�mo t� o m�s alta? Gisela: Noooo. Yo soy alta. Ella es m�s baja que yo. Es corpulenta, a eso me refiero con lo de grandota. Raymundo: Ah. Gorda. Gisela: No, yo dir�a m�s bien maciza. Ya me acord� de su nombre. Es Ivania. Su apellido es croata de esos que terminan en �ich�. 3 RAYMUNDO CONOCE A IVANIA Dos d�as despu�s, Raymundo se qued� en el departamento hasta las 11 de la ma�ana, antes de irse al trabajo. Ten�a que hacer un informe para el banco y opt� por hacerlo en su casa, para luego enviarlo por correo electr�nico. A�n faltaban 3 d�as para que se fuera Gisela a Buenos Aires Sali� en su auto y pas� a la estaci�n de servicio a echar gasolina. En un momento vio un minib�s amarillo estacionado y una mujer revisando el aire de los neum�ticos. De inmediato supuso que podr�a ser Ivania, a quien Gisela hab�a llamado la �grandota�. Era invierno y el d�a antes hab�a llovido. La mujer vest�a un impermeable sencillo de color beige, jeans y botas sin mucho tac�n. Su pelo era rubio no muy claro, algo ondulado y le llegaba a los hombros. Se notaba que era corpulenta, tal cual la hab�a descrito Gisela. Raymundo tuvo la curiosidad por saber si era ella y se acerc� a saludarla. Cuando lleg� ella a acababa de ponerle aire a un neum�tico y se hab�a incorporado. Raymundo: Hola, disculpa. La mujer la mir� y dijo �hola� con una expresi�n de cordialidad. Raymundo: �Por casualidad eres Ivania? Soy� Ella (interrumpiendo): Si, y t� eres el pap� de Rodrigo, si no me equivoco. Raymundo (asombrado): Claro que si. Veo que ya me hab�as visto. Ivania: Claro, un par de veces t� ibas saliendo cuando yo pas� a buscar a Rodrigo y �l dijo �ese es mi pap�. Raymundo: Es excelente que nos hayamos encontrado. Ivania: Por supuesto que s�. Para mi es necesario conocer a los padres de los ni�os que transporto. Si no me equivoco tu nombre es Raymundo�. Raymundo: Si, ese es mi nombre. Mucho gusto. Ivania: Pues mucho gusto. Raymundo pudo ir completando la descripci�n f�sica de ella, la que estaba haciendo en su mente. Su nariz era recta y pronunciada, su cara de forma algo triangular y sus labios ni gruesos ni delgados. Su tez era de tono bronceado con algunos peque�os lunares. Debajo del impermeable hab�a un su�ter de cachemira celeste de cuello subido. Parec�a llevar un poco de maquillaje alrededor de sus ojos, los que eran de color pardo. Se ve�a mucho m�s natural y sencilla que su sofisticada esposa argentina. Era algo m�s baja que �l, siendo alta para ser mujer. Calcul� que ella ten�a una edad parecida a la de �l. Raymundo: Ivania, voy aprovechar de contarte algo. Ivania (mirando con inter�s): Si, claro, dime. Raymundo: Mi esposa y yo nos vamos a divorciar muy pronto. Te lo digo porque en lo sucesivo vas a tratar directamente conmigo. No s� si sabes que ella no es la madre de Rodrigo, quien es hijo biol�gico m�o. Ivania: Si, me hab�a contado que se conocieron en Buenos Aires y Rodrigo ya exist�a al momento de conocerse. Raymundo: As� es. Ivania: Bien, el tema personal no es asunto m�o, pero quisiera conversar contigo varios temas pr�cticos, y pedirte que nuevamente firmemos el contrato, ya que Gisela no va a estar y ella lo firm�. Raymundo: Me parece muy bien. �Podr�as la pr�xima semana ir un d�a en la tarde a mi casa a conversar y ver esos temas? Ivania: Con gusto. Anota desde ya mi celular, y si puedes dame el tuyo. Raymundo: OK. Gisela se fue de acuerdo a lo planeado. El d�a de su partida se despidi� de Raymundo en la ma�ana. Ninguno de los dos quiso despedidas muy emotivas y prefirieron que se fuera al aeropuerto en un taxi. As�, cuando volviera Raymundo ella no estar�a. A los dos d�as cuando Raymundo lleg� a su departamento como a las 6 de la tarde, encontr� como era habitual a su hijo Rodrigo. Rodrigo: Pap�, la Ivania me pregunt� si puede venir ma�ana a conversar contigo. Raymundo: �La Ivania? �Te refieres a la se�ora del transporte? �Le dices Ivania no m�s? �Nada de se�ora o t�a? Rodrigo: No, todos le dicen Ivania. A ella le gusta que le digan as�. Raymundo tom� su celular, llam� a Ivania y acordaron juntarse el d�a siguiente a las 7 de la tarde. Ivania lleg� puntual. Se sirvieron un caf� y unas galletas e iniciaron la reuni�n. Ella explic� una serie de requisitos legales que rigen en Chile para el transporte escolar, como se manejaban algunas situaciones de emergencia, y luego firmaron contratos. El not� el dominio y conocimiento acabado que ten�a Ivania de su actividad. Ella tambi�n cont� que se hab�a iniciado en el negocio hac�a 5 a�os cuando le tocaba ir a dejar a sus ni�os al colegio. En ese momento no estaba trabajando. Dado que not� que le gustaba y ten�a tiempo, empez� a estudiar la idea. La convers� con pap�s y mam�s de compa�eros de sus hijos quienes le dijeron que gustosos la contratar�an a ella para el traslado de sus hijos. Fue as� como compr� el primer minib�s. Con el tiempo se fue asociando con una hermana y una prima y a la fecha ten�a su peque�a empresa de transporte escolar con 4 minibuses y hab�an contratado a un chofer y dos auxiliares que las acompa�aban en los viajes de ni�os de menor edad. Raymundo: Es interesante lo que me cuentas. �Y te va bien? Ivania: No es un negocio para hacerse millonario, pero nos va aceptablemente bien. Adem�s me gusta mucho. Me gusta manejar, me gusta la mec�nica y me gustan los ni�os. Raymundo: Son pocas las mujeres a las que les gusta la mec�nica. Ivania: As� es, yo hago de todo, hasta cambiar ruedas, que son bastante pesadas. Raymundo: Y tu esposo, �participa en tu negocio? Ivania: Estoy separada, y mira la coincidencia, mi ex esposo es argentino. Raymundo: Jajajjaa, Perdona, pero no deja de darme risa esto. Ivania (sonr�e): Bueno, es mejor tomar algunas cosas para la broma y no hacerlas una tragedia. Raymundo: Y entre las entradas a los colegios y las salidas, �te queda tiempo para otras cosas? Ivania: A veces. Hacer una recogida de ni�os y llevarlos a su casa o lo contario, es un proceso largo, que me toma por lo menos dos horas. Despu�s de eso, siempre hay detalles que ver, como hablar con alg�n apoderado, hacerle mantenci�n a los veh�culos, ordenar las platas, etc. Cuando puedo voy al gimnasio porque me gusta, y tengo un par de m�quinas en mi casa para hacer ejercicios. 4 IVANIA Y RAYMUNDO SALEN UN VIERNES EN LA TARDE Con el tiempo Raymundo e Ivania comenzaron a hacerse cada vez m�s amigos. Un d�a viernes Ivania ten�a que recoger un paquete que se le hab�a enviado desde el extranjero. Le pidi� a �l que la acompa�ara al centro en el auto de �l, ya que era muy inc�modo salir en un minib�s. Fue un d�a en el que ella ten�a la tarde libre, por suspensi�n de actividades en el colegio. Pese a que a�n hac�a fr�o, el d�a estaba bonito. Llegaron al centro poco despu�s de las 4 y media. Ivania ten�a que reunirse a las 5 con la persona que le ten�a que entregar el paquete. Por ello, despu�s de realizado el tr�mite de Ivania, decidieron caminar un rato por un paseo peatonal del centro de Santiago, conocido como el �paseo Bulnes�. Ivania le sonr�o a Raymundo y le extendi� el brazo para tomarlo por la cintura, como indic�ndole que el la abrazara por los hombros. Raymundo lo hizo y caminaron los dos abrazados. El sinti� con su cuerpo la gran anatom�a de ella, la que hab�a percibido m�s de una vez visualmente. La impresi�n que tuvo en ese momento es que era grande y fuerte, cosa que se lo dijo a ella. Ivania: Sonriendo, pues as� soy, grande y fuerte. Hice culturismo hace a�os. Raymundo: �fisicoculturismo? Ivania: Si, y luego lo dej� porque me cas� y quise tener hijos Raymundo: Ahora entiendo tu contextura. �Sabes? Una vez Gisela se refiri� a ti como la �grandota�. Ivania: Jajajaja. �Y por qu�? �Me encontraba antip�tica? Raymundo. No, lo que pasa es que en un momento no se acordaba de tu nombre y dijo algo as� como �no me acuerdo el nombre de esa grandota�. Ivania: jajajajjaa. �Qu� gracioso! Raymundo (apret�ndola con fuerza): Sin duda sigues haciendo ejercicios porque te siento muy fuerte. �Cu�nto mides y pesas? Ivania: 1,73 y 85 kilos. �Y t�? Raymundo: 1,78, y peso menos que t�. Ivania entonces mira a Raymundo de frente luego se da vuelta y apoya el lado izquierdo de su cabeza en la cara de �l. El sinti� la delicia del pelo de ella en su cachete. La tom� por el lado izquierdo de la cabeza con su mano y la empez� a acariciar. Ivania dio vuelta un poco su cara y bes� a Raymundo en sus labios. El la correspondi� d�ndole otro beso en los labios de ella. Siguieron caminando abrazados y d�ndose besos r�pidos en los labios. Ivania: Ten�a deseos de hacer esto. Raymundo: �Qu� honor! O sea que te gusto. Ivania: Claro. �Y yo a ti? Raymundo: �Por supuesto! En un momento tuvieron que cruzar una calle en la que no hab�a sem�foro. Para evitar la incomodidad de atravesar la calle abrazados, dej� de abrazar a Ivania y la tom� de la mano. A pesar de que �l ya hab�a visto las manos de ella, y que ya hab�a notado que eran grandes, al tomarlas las sinti� a�n m�s fuertes y de mayor tama�o. Raymundo: Son grandes tus manos por lo que veo. Ivania: Claro que si. Soy de manos grandes. Es l�gico, ya que con el ejercicio tambi�n se fortalecen. Raymundo: �Tendr�s m�s fuerza que yo? Ivania (le da un beso en los labios y sonr�e): �Es un desaf�o? Si lo deseas podemos hacer vencidas. Raymundo: Es curiosidad. Y encuentro muy excitante la incertidumbre de no saber si me ganar�s. Dieron las 5 y se dirigieron a un edificio donde Ivania ten�a que hacer su tr�mite. Tomaron el ascensor, llegaron al piso 7 e Ivania recibi� lo que se le hab�a enviado. Llegaron al ascensor para tomarlo de vuelta. Al costado hab�a una ventana que daba al poniente. Los dos pudieron ver unas nubes que estaban rojizas por que se acercaba la puesta de sol. Debajo de las nubes se ve�a el cielo, de los colores azules, rojizos y amarillos, propios de la ca�da del d�a. Ivania: �Que linda escena! Raymundo. Si. Muy lindo, qued�monos un rato mirando. Ivania asinti�. No hab�a m�s personas en el piso. Luego abraz� a Raymundo y lo rode� por la cintura con fuerza con las dos manos. Le hizo sentir su pelo en su cara luego lo mir� y se besaron apasionadamente. Lo hicieron varias veces en forma larga. Sus lenguas jugueteaban. Ambos se excitaron. Raymundo: No s� si tienes algo que hacer, pero ahora podr�amos irnos a mi departamento. Mi hijo Rodrigo ya est� con su mam� y lo recoger� el domingo de vuelta. Ivania (sonriendo) Me gustar�a ir, pero tenemos que ser muy discretos. Nada malo hay que en que nos conozcamos bien, pero por mi trabajo debo cuidar mucho la imagen. Raymundo: Bueno, todo es discreto. Como te digo no va a estar Rodrigo. En el edificio hay solo 4 departamentos, no hay m�s ni�os y por lo tanto nadie del colegio de Rodrigo. �Cerca de donde vivo viven m�s ni�os de los que pasas buscar? Ivania (pensando unos momentos antes de contestar): En realidad no, el que est� m�s cerca est� a 7 cuadras. Bien, vamos a tu departamento. Llegaron al departamento de Raymundo. Ambos se sacaron un poco la ropa. Se volvieron a besar apasionadamente. El empez� a manosear senos y traseros de Ivania. Ella no opuso resistencia. Ivania: Creo que te atraigo, �no es as�? Raymundo: �Es que tienes alguna duda? Ivania: Te propongo una cosa� Raymundo: �qu�? Ivania: Hagamos vencidas. Si me ganas ser� tuya para lo que desees. Raymundo: �Y si t� ganas? Ivania: Yo decidir�. Fueron a la mesa del comedor y se sentaron frente a frente. �l ya hab�a tocado los hombros y brazos de ella, de modo que sab�a que se le ven�a una contienda dif�cil. Y m�s que una contienda dif�cil se acercaba una muy probable derrota. Ivania estaba con un su�ter en V y una blusa debajo, de modo que se le ve�a algo de escote con parte de sus senos. Cuando se sacaron la ropa m�s gruesa ella aprovech� de soltar los primeros botones. Siendo los dos diestros, optaron por hacer las vencidas con la mano derecha. Se pusieron frente a frente y se tomaron de las manos. Se miran como para dar la se�al de la partida. En ese momento Raymundo extiende su brazo izquierdo por encima de las manos derechas tomadas de los dos, e introduce su mano izquierda dentro del escote de Ivania. Fue suficiente para que ella se distrajera mirando la mano de Raymundo. �l, aprovechando la distracci�n de ella, hace fuerza con su brazo derecho y dobla el de Ivania, sin que ella alcanzara a reaccionar. Raymundo: �Gan�! Ivania: jajajajaa. �Eres un tramposo! Raymundo: jajajaj Bueno, gan�. Ivania: MMM. No todav�a. Vamos a la revancha con el brazo izquierdo. Creo que es justo. Raymundo (d�ndose cuenta que no ten�a alternativa): Est� bien. Se volvieron a poner de frente, ahora tomados con las manos izquierdas. Ivania sonr�a mirando a Raymundo, como diciendo �ahora no me pillas desprevenida�. Comenzaron a hacer fuerza. Ahora Ivania empez� a jugar con las vencidas. Pareci� que r�pidamente tom� el control de la contienda. Permit�a que Raymundo avanzara en su objetivo y luego hac�a fuerza para volver a la posici�n inicial. Luego avanzaba ella un poco y dejaba que Raymundo hiciera que volvieran a tener los ante brazos en posici�n vertical. Finalmente hizo un gesto mordiendo su labio inferior e hizo fuerza haciendo que Raymundo cediera en forma inapelable. Ivania hab�a ganado. Raymundo: Estamos empatados. Ivania: Jajajajjaa. �Qu� fresco! Raymundo: Pero si cada uno gan� con un brazo. Ivania: Muy bien, entonces vamos a desempatar haciendo vencidas con la mano derecha nuevamente. Raymundo: OK. Acto seguido, Ivania se sac� el su�ter y la blusa, luego los jeans, y quedo vistiendo solo la ropa interior. Le dijo a �l que se sacara la ropa y quedara vestido en ropa interior. Raymundo hizo tal. Pudo ver entonces el inmenso cuerpo de ella. Hombros anchos y fuertes, algunos nudos en el est�mago y piernas gruesas y musculosas fueron los detalles que percibi� en ese momento. Ivania: Bueno, terminemos esto r�pido, ya que tengo que decirte que voy a hacer contigo. Se pusieron en posici�n, comenzaron a forcejear, e Ivania liquid� r�pidamente el duelo haciendo que Raymundo tocara la mesa con su mano, contra su voluntad y sin apelaci�n posible Raymundo: Uff, bueno, no hay discusi�n. Ahora t� decides. Ivania: �D�nde est� tu dormitorio? Raymundo: Es la puerta que est� terminando el pasillo. Ivania: �Puedo ir a verlo? Raymundo: �Desde luego! Ivania: Qu�date ac�. Ya vengo. Ella fue a �reconocer el terreno�, como para planear que har�a. Volvi� al par de minutos. Se acerc� a Raymundo y lo comenz� a besar apasionadamente. Mientras lo hac�a se quit� el sost�n. Se agach� un poco, puso una mano detr�s de la pierna de �l, con la otra mano lo tom� de un brazo y lo carg� sobre uno de sus hombros. Raymundo se dej� cargar d�cilmente y fue llevado al dormitorio en esa posici�n. Llegaron al dormitorio e Ivania lo puso en el suelo quedando �l de pi�. Lo volvi� a besar. Sinti� la erecci�n de Raymundo y con su mano cogi� su miembro haciendo que se bajara a los calzoncillos. Raymundo estaba duro como un resorte. Luego lo tom� de los hombros y lo empuj� con firmeza sobre la cama, donde �l qued� de espaldas. Ivania se sac� el calz�n y qued� totalmente desnuda. En esa posici�n se subi� al cuerpo de Raymundo introdujo el pene de �l en su vagina y comenz� el movimiento. Vinieron gritos y gemidos de los dos, y finalmente ambos quedaron sobre la cama de espalda, abrazados tiernamente Raymundo: Me encant�. Eres fant�stica Ivania (sonriendo): Me alegro que lo hayas disfrutado porque yo tambi�n. Raymundo: �Puedes quedarte a dormir conmigo? Ivania: Me encantar�a, pero hoy est�n mis hijos en la casa. Son grandes, pero nunca se ha dado que su mam� duerma fuera. Raymundo: Entiendo. Ivania: Pero si quieres nos seguimos viendo el fin de semana. Raymundo: me parece muy bien. �Qu� edades tienen? Ivania: 18 los dos. Son mellizos hombre y mujer. Han crecido viviendo conmigo, ya llevo 10 a�os de separada. Se volvieron a besar. Ivania: �Sabes? Quise mostrarte mi fuerza antes de hacer el amor. Raymundo (algo asombrado): �Por qu�? �Para seducirme? Ivania: No exactamente. Raymundo: �Entonces? Ivania: Digamos que mi musculatura y fuerza no es algo muy t�pico o com�n. Una vez me ocurri�, con un posible novio que tuve, que mi musculatura no le gust� y pr�cticamente sali� huyendo. Entonces prefer� que supieras como era antes de conocerme �ntimamente. Raymundo: Pues como ver�s a m� no me ocurri� lo mismo Ivania: Ya me di cuenta, lo que me alegra mucho. Pas� el tiempo e Ivania y Raymundo se siguieron viendo, saliendo juntos y buscando espacios privados para sus relaciones �ntimas. En un momento decidieron que Rodrigo cambiara de transporte escolar, ya que hab�a causado algunos problemas la relaci�n de la due�a del minib�s con el pap� de uno de los ni�os trasladados. Cuando iban a los malls a comprar o a hacer alguna otra cosa escog�a lugares alejados del barrio alto, donde viv�an y quedaba el colegio de Rodrigo. Lo mismo hac�an cuando iban a restaurantes. 5 UN RATERO EN EL MALL Una tarde, cuando el tiempo ya estaba m�s c�lido iban llegando a un centro comercial. Estacionaron a unos doscientos metros de la entrada. Raymundo llevaba tomada de la mano a Ivania. A unos 20 metros delante de ellos iban dos mujeres. En el sentido contrario ven�a un joven el que se ve�a alto y atl�tico. Cuando el joven pasa por el costado de las dos mujeres extiende su mano y le arrebata a una de ellas los lentes de sol que llevaba puestos. Las dos mujeres se dan vuelta y el joven les dice algo como �qu�dense quietas� y sigue caminando con las gafas. Raymundo: �te fijaste en eso? Ivania (en un tono firme): No hagas ni digas nada. Raymundo (sin tener claro por qu� ella dijo eso): Ok Ivania llevaba puestos lentes de sol de valor, probablemente similares a los que el joven delincuente le hab�a quitado a la mujer hac�a unos momentos. El ven�a caminando en sentido contrario, y cuando se fueran a cruzar el pasar�a a unos dos metros de Raymundo e Ivania . Sin embargo, al aproximarse, el joven desvi� algo su camino como para estar m�s cerca de Ivania cuando se cruzaran. Esto la alert�. Al momento de pasar cerca de Ivania el delincuente extiende su brazo derecho, sin duda para quitarle los lentes a Ivania. No obstante, ella fue m�s r�pida y toma el antebrazo del malhechor, y con su otra mano le presiona el brazo. Le hace una llave, y con los pies una zancadilla con lo que el delincuente cae y se pega contra el cemento. En el suelo Ivania lo inmoviliza. El joven se quejaba de dolor. Su nariz sangraba y estaba posiblemente rota con un fuerte golpe que se dio en el suelo. Cuando trataba de zafarse, Ivania aumentaba la presi�n con lo que �l sent�a a�n m�s dolor, por lo que finalmente decidi� no oponer resistencia. Ivania (dirigi�ndose a Raymundo): S�came los lentes y qu�tale al hijo de puta los lentes de la otra mujer. No es necesario que hagas algo, lo tengo controlado. Raymundo: Bien, pero �qu� vamos a hacer ahora? Ivania (en tono de enojada): Creo que lo voy a dejar ir, pero primero le voy a quebrar unos cuantos huesos. El delincuente grit� ��no, por favor! Prometo nunca m�s hacerlo�. Sin duda se hab�a dado cuenta que Ivania perfectamente era capaz de hacer eso. Raymundo hizo lo que Ivania le pidi�. Ya hab�a pasado un minuto, tiempo suficiente para que llegaran m�s personas. Entre ellos llegaron varios hombres que finalmente lo mantuvieron inmovilizado. Raymundo pens� en ese momento que el delincuente estaba siendo controlado por 3 hombres, cosa que unos momentos antes hab�a hecho Ivania por si sola La mujer a la que el joven le hab�a quitado las gafas miraba a la distancia. Raymundo se dirigi� a ella y le dijo �estos lentes son suyos�. Ella respondi� �muchas gracias, estoy muy impresionada por lo que acabo de ver�. Ivania esboz� una sonrisa. Finalmente lleg� la polic�a y el delincuente fue apresado. Raymundo e Ivania hab�a llegado en metro al centro comercial. Dado lo ocurrido, dieron una vuelta y prefirieron volver a casa. Reci�n en el viaje empezaron a comentar lo sucedido. A pesar de que Ivania hab�a contado que sab�a artes marciales, Raymundo nunca habr�a esperado verla en acci�n. Raymundo: Realmente estoy muy impresionado. �tan impresionado como la mujer a la que le recuperaste los lentes. Ivania: Pensaba dejar que se fuera sin intervenir. Creo que no vale la pena arriesgarse por un par de lentes de otra persona. No se sabe si el tipo pod�a andar armado. Raymundo: de acuerdo. Ivania: Actu� solo cuando el tipo tuvo la ocurrencia de hacer lo mismo conmigo. Cuando vi que se acercaba la mano de �l, simplemente reaccion�. Raymundo: Adem�s de todo lo que me gustas, eres un buen guardaespaldas jejejee Ivania: jajajaa Raymundo: Me imagino que no le ibas a quebrar los huesos como dijiste. Ivania: le habr�a quebrado un dedo para que se arrancara asustado. De hecho, cuando lo ten�a inmovilizado en el suelo ya estaba bastante asustado. En ese momento llegaron las otras personas, as� que no fue necesario. Pero realmente el tipo se salv� de una mayor paliza. Raymundo: Ya veo. Espero que a m� nunca me trates as�. Ivania: Jajajaja. A ti te quiero de tratar de otra manera bebe. Con la pelea me dieron ganas de hacer el amor. Raymundo: Muy bien. Algo m�s bueno de la pelea. Ivania: Vamos luego, antes de que te lo mame ac� mismo. Mis hijos van a pasar el fin de semana con su padre as� que vamos a mi casa. 6 EPILOGO Fueron a la casa de Ivania y le dio a Raymundo la mamada de su vida, seg�n sus mismas palabras. Siguieron juntos y en el futuro compart�an dificultades, pero eso ya es otra historia.