SAMANTA Y ANTONIA 1 ... UN CAMBIO DE COLEGIO Por Esper, esper_cl@yahoo.es Esta historia toma los personajes de "SAMANTA Y ANTONIA SE VAN DE VIAJE". En esta historia las protagonistas est�n en la adolescencia. Veremos como Samanta se cambia a un liceo p�blico, como resultado de que su familia pasa por un momento de estrechez econ�mica. En ese liceo vive varias an�cdotas y aventuras. Adem�s, conoce a Ra�l su novio, y a los 16 a�os ella le muestra la fuerza que ya estaba teniendo. LA VIDA DE SAMANTA A LOS 16 A�OS. Cuando Samanta acababa de cumplir 16 a�os, su padre empresario tuvo una quiebra, producto de una mala maniobra de su socio. En ese momento estaba en segundo a�o medio, y le quedaban dos a�os m�s para terminar el nivel escolar. Su hermano mayor y su hermana menor tambi�n estaban estudiando, por lo que tambi�n se ver�a afectados por el gran problema econ�mico. Su madre trabajaba en su profesi�n de educadora de p�rvulos y su sueldo de ninguna manera alcanzaba para costear el nivel de vida de la familia. Un par de a�os antes, una compa�era de colegio vio en video la zaga de "Indiana Jones" y not� que Samanta se parec�a a Marion, personaje encarnado por la actriz Karen Allen. De ah� "Marion" fue un apodo para Samanta. Samanta ten�a su cumplea�os en julio, y en el verano siguiente despu�s de cumplir 16 a�os una amiga de colegio organiz� un asado invitando a ex scouts. Ah� fue donde conoci� a Ra�l, un a�o mayor que ella y un par de cent�metros m�s alto. Se atrajeron, conversaron y al final del asado �l le pidi� a ella el n�mero de celular, dici�ndole que le gustar�a volver a verla. La llam�, se juntaron e iniciaron un romance. Ya con 16 a�os ten�a su estatura definitiva de 1,75 con 68 kilos de s�lido m�sculo. Su pelo oscuro, entre rizado y ondulado, lo usaba a la altura del cuello. Ocasionalmente se hac�a una trenza. En los a�os siguientes seguir�a aumentando su musculatura. Parte de su desarrollo era el karate y recientemente hab�a alcanzado el cintur�n negro. Era una de las pasiones de su vida y quer�a seguir progresando. Ya hab�a definido que quer�a ser profesora de educaci�n f�sica. Tambi�n hab�a competido en atletismo en su colegio, en el cual pose�a varias marcas, a pesar de que no era su fortaleza, como s� lo era el karate. Su especialidad en atletismo eran las carreras de medio fondo, de 800 y 1500 metros, en las cuales era la primera del colegio. En esas carreras pasa a ser importante no solo la velocidad, sino la resistencia, que Samanta hab�a desarrollado en el karate. Se ve�a con frecuencia con Antonia, su gran amiga, ambas de la misma edad, con meses de diferencia. Se conocieron estudiando karate cuando ten�an ochos a�os. A los quince a�os, las dos perdieron su virginidad. Un t�o de Antonia que viv�a en el extranjero lleg� a Chile meses antes. Era maestro de muay thai y les estuvo ense�ando parte de las t�cnicas. Las dos chicas pensaron que las patadas de muay thai podr�an ser muchos m�s efectivas en una pelea callejera que algunas patadas de karate. Las practicaron hasta manejar bien la t�cnica. Siendo cintur�n negro de karate, ya sab�an que hab�a patadas espectaculares, pero no del todo efectivas. Otras patadas eran buenas para defenderse, otras para obtener puntos en los torneos y otras eran efectivas en una pelea de verdad. Varias patadas de muay thai ca�an en la �ltima categor�a. SAMANTA CONVERSA CON SUS PAPAS SOBRE SU EDUCACION Sus pap�s comenzaron a hacer c�lculos acerca de c�mo se iban a acomodar a su nueva situaci�n econ�mica, que se hab�a puesto mucho m�s estrecha que la anterior. Se pens� en que no se le podr�a pagar la academia de karate. A Samanta eso s� que le doler�a y estaba dispuesta a hacer lo que fuera con tal de evitar que esa actividad se interrumpiera. La idea de sus pap�s era cambiarla desde el colegio en el que estaba, por el que pagaban el equivalente a unos 400 d�lares mensuales, a uno que era subvencionado y que costaba la tercera parte del anterior. Adem�s, no se le pagar�a el karate. Un d�a s�bado en la ma�ana fue al dormitorio de sus pap�s, y decidi� hablarles del tema. Los salud� d�ndole un beso a cada uno. "Quiero hablar con ustedes", les dijo. Los dos la miraron como dici�ndole que la iban a escuchar. Su madre tom� el control remoto y apag� la TV como muestra de la atenci�n que le iba a prestar. "A ver, cu�ntanos de tu idea", respondi� el pap�, mostrando inter�s. "En lugar de que yo vaya al colegio subvencionado puedo ir al liceo, el que es p�blico y gratuito. Y a cambio puedo seguir con el karate, el que es mi pasi�n", les expuso Samanta. Los padres de ella se miraron como tratando de entender que pensaba el otro de la propuesta de ella. No era primera vez que Samanta les hac�a una pregunta que los dejaba pensando. "�Has pensado que en ese liceo el ambiente es muy diferente al del colegio en el que has estado toda tu vida?", pregunt� su mam� "S� que es as�, pero piensa que he sido scout, muchas veces he hecho trabajos de ayuda social, y adem�s en el karate se conoce a personas de diversas clases sociales", respondi� Samanta. "�Y qu� hay de la preparaci�n para la prueba de selecci�n universitaria? �Crees que se hace en el liceo a que piensas ir?", pregunt� su pap�. "Me imagino que se hace esa preparaci�n, pero si no es buena la puedo hacer yo misma. Adem�s, estoy decidida a que quiero ser profesora de educaci�n f�sica, para lo cual no se necesita un puntaje tan alto. No me interesa ser m�dico, ni ingeniero, ni nada por el estilo", continu� respondiendo Samanta. Sus padres se volvieron a mirar. Samanta parec�a haber previsto todos los detalles. La madre de ella movi� la cabeza e hizo un gesto de boca como asintiendo. Su padre la mir� e hizo un gesto parecido. Eran un matrimonio bien avenido y con los a�os hab�an desarrollado su propio lenguaje gestual, con el que tomaban r�pidas decisiones relativas a sus hijos. "Muy bien, Samy. Tu mam� y yo estamos de acuerdo", dijo el pap�, cerrando el tema. "�Gracias! Los amo", exclam� Samanta. Dicho lo anterior, ella los abraz� y los bes� y se meti� en la cama en el medio de los dos, tal cual lo hac�a desde que era ni�a. Por si fuera poco, tom� t� de la taza de su pap� y mordi� el pan que estaba comiendo su mam�. "Eso s�, es bueno advertirte de algo", dijo el pap�. "�Qu�?", pregunt� Samanta con curiosidad. "Tienes que evitar como sea usar tu karate en peleas de verdad. Y m�s a�n, es mejor que ni cuentes de tus conocimientos de karate" le dijo su pap�, mientras su mam� asent�a. "S�, estoy de acuerdo", respondi� Samanta, "Si presencias un bullying, den�ncialo o ayuda a solucionarlo pac�ficamente, y no con manos y pies. Nadie te ha designado la justiciera o la defensora de d�biles de tu nuevo liceo. No queremos que te metas en problemas", continu� la mam�- "As� lo har�", dijo Samanta asintiendo. Finalmente ella termin� el a�o en el colegio actual, y al a�o siguiente en marzo comenzar�a a ir al liceo p�blico. SAMANTA EN SU NUEVO LICEO Sus primeras impresiones estaban dentro de lo previsto. Era un liceo solo para mujeres y el ambiente era bastante diverso. Su curso era de 38 alumnas, bastante m�s numeroso que el de su colegio anterior. Hab�a unas cinco compa�eras que se ver�an de clase media alta, como Samanta. Otras se ve�an de distintos estratos socio econ�mico. No se ve�an mejores o peores que las que estudiaban en su colegio anterior, pero el ambiente se notaba distinto. Algunas eran bastante groseras para hablar. Y no es que Samanta fuera boca de monja precisamente, sino que algunas de las chicas usaban demasiadas palabrotas, y a veces se insultaban o se hac�an bromas de grueso calibre. Una de ellas se llamaba Rosa y era especialmente grosera. En cierta oportunidad cuatro compa�eras estaban conversando en la sala en una hora libre. Al verlas Rosa le dijo "ya se junt� la pescader�a a faenar". La broma hac�a alusi�n al supuesto olor que emitir�an las partes �ntimas de las chicas del grupo de las cuatro. Todas rieron cuando una de las cuatro, llamada Perla, le respondi� "y t� huevona, tal vez tienes la vagina con olor a perfume". Conversaciones como esa le impactaban a Samanta, pero no le desagradaban. M�s bien, trataba de entender que para las chicas esa forma de tratarse era lo usual. Con posterioridad le llam� mucho la atenci�n enterarse que Rosa y Perla eran amigas. Esa an�cdota y otras, Samanta se las contaba a su amiga Antonia, quien las celebraba con grandes carcajadas. Las clases se desarrollaban en forma normal, y, como era de esperarse hab�a unos profesores que eran mejores que otros. La profesora de lenguaje espa�ol, a quien llamaban Se�ora Ligia, parec�a saber mucho, y entend�a a las chicas. La notaba preocupada del futuro de todas. Ten�a alrededor de 50 a�os y era querida y respetada. Samanta percibi� el rechazo de algunas de sus compa�eras Quiz�s ser�a porque ven�a de un medio econ�mico superior o simplemente porque era nueva. Con otras compa�eras, no necesariamente las de familias m�s acomodadas, logr� entablar una buena relaci�n. Como alumna result� estar algo sobre el promedio. En lo que decididamente destacaba era en educaci�n f�sica. Era la m�s veloz, la m�s fuerte y la que mejor pod�a hacer los ejercicios que le encomendaba la profesora. Solo una de las chicas era m�s r�pida en carreras de 100 metros, pero Samanta la superaba en trechos mayores por tener m�s resistencia. Cuando hab�a que armar una selecci�n del liceo, en el deporte que fuera, Samanta siempre estaba entre las nominadas. UN CASO DE BULLYING Esa compa�era suya llamada Perla era bien especial. De origen de clase media baja, sus padres eran personas de mucho esfuerzo y quer�an que su hija saliera adelante. Era buena alumna, especialmente en matem�ticas, ramo que le gustaba mucho. Por contraste era grosera para hablar y buena para contar chistes. Si le hac�an un chiste a ella, sol�a dar una respuesta r�pida e ingeniosa que hac�a re�r a quien estuviera presente. Por ello, sus mismas compa�eras dec�an que era peligrosa con el habla. Samanta le fue tomando mucha simpat�a y cari�o. Perla era morena y menuda, de cara bonita. Samanta pens� que lo que no ten�a en fuerza f�sica lo sustitu�a con creces con su inteligencia e ingenio. Una de las gracias de Perla, que la ten�a junto a dos compa�eras, era que sab�a tragar aire para luego tirarse eructos, lo que provocaba carcajadas. Esa "t�cnica" se la ense�� a Samanta, quien en presencia de personas de mucha confianza la practicaba. Casi todos los d�as Perla llevaba un s�ndwich hecho en su casa para comerlo en alg�n recreo. Ocurri� que dos ni�as mayores, o al menos de mayor estatura que ella, se le acercaron, le hicieron un par de comentarios ir�nicos y le quitaron el s�ndwich. Luego lo partieron en dos y cada una comi� la mitad. Samanta estaba a unos tres metros y presenci� el incidente. Decidi� no actuar por el momento. Le pregunt� a Perla porqu� pasaba eso. Ella respondi� "a veces lo hacen. Son m�s grandes que yo, y prefiero darles el s�ndwich y as� se evitan mayores problemas". En la siguiente semana el hecho se repiti� dos veces. Una de las abusadoras vio que Samanta miraba lo que estaba pasado y le habl� amenazadoramente "y t�, huevona, no te metas en lo que te corresponde". En ese momento Samanta no les respondi�, pero decidi� que iba a actuar en el caso. Al d�a siguiente se despert� temprano y prepar� dos s�ndwiches en pan de molde. Uno era un rect�ngulo y el otro de forma triangular. Los dos eran de ave con mayonesa. Pic� en muy peque�os trozos un aj� peruano picante y muy fuerte que se usaba en su casa para cocinar, y lo mezcl� con el ave mayonesa del pan triangular. Envolvi� los dos panes y los llev� al colegio. A la hora del recreo sali� con Perla al patio y le ofreci� el s�ndwich rectangular, o sea el sin aj�. Se sentaron juntas. Luego Samanta se puso de pie y le dijo a Perla que iba a ir al ba�o y dej� el s�ndwich triangular en el asiento. Como era de esperar llegaron las ni�as mayores interesadas por el s�ndwich de Perla. Esta vez no eran dos ni�as sino tres. Una era colorina, otra era morena de trenza y la tercera era morena de pelo corto. Las tres eran corpulentas y altas, sobre el metro setenta. Incluso la colorina era m�s alta que Samanta. Su estatura se ve�a alrededor del metro ochenta. "�Qu� bueno que nos has tra�do un s�ndwich!, oh, no es solamente uno, son dos s�ndwiches" dijo una de las ni�as en tono de burla. "Ll�vense el m�o no m�s, el otro es de Samanta que ya viene. Mejor d�jenselo", les respondi� Perla. "Pues dale las gracias por el s�ndwich, se ve rico" contest� la colorina riendo y tomaron los dos s�ndwiches. Al poco lleg� Samanta y se percat� r�pidamente de lo que hab�a ocurrido. Solo mir� a las tres chicas, sin emitir palabra alguna. La morena de pelo corto le dijo "gracias" en forma socarrona. Ella misma ten�a el pan triangular, lo parti� y le dio la otra mitad a la morena de trenza. Comenzaron a comerlo. Samanta solo las miraba sin decir palabra. Primero la morena de pelo corto sinti� el sabor picante y comenz� a toser. La morena de trenza la mir� desconcertada, pero de inmediato le comenz� a picar fuerte tambi�n y comenz� ella a toser. "Esta huevada pica como diablo", dijo la morena de pelo corto. Las dos morenas escupieron el s�ndwich en un basurero, y fueron corriendo al ba�o a lavarse la boca y a tomar agua. Entretanto Perla miraba desconcertada y algo divertida, lo que estaba ocurriendo. La colorina tambi�n segu�a lo que pasaba sin entender del todo. "Siento que no les gustara mi pan, pero a m� me gusta picante. Siempre le echo mucho aj� peruano", le dijo Samanta sonriente. Llegaron de vuelta del ba�o las dos morenas con cara de molestas. Otras chicas del liceo que se hab�a percatado de lo ocurrido re�an con ganas. "Esta huevona le ech� aj� peruano bien picante", les dijo la colorina. "Maraca de mierda. No creo que te hayas hecho el s�ndwich para ti. Nos tendiste una trampa", dijo la de trenza. "Como sea no est� bien que se apropien de los s�ndwiches ajenos. Lo ocurrido no ha sido m�s que una lecci�n", les dijo Samanta. "T� no nos vas a venir a dar lecciones a nosotras, huevona de mierda", continu� la de trenza. "Esto lo vamos a arreglar fuera del liceo, cuando te pillemos sola. Y tarde o temprano te vamos a encontrar" dijo la morena de pelo corto. Sus dos amigas asintieron. Tanto Samanta como las bravuconas parec�an haber olvidado a Perla, quien observaba at�nita y a la vez contenta por lo que hab�a ocurrido. Son� el timbre por el fin del recreo, y todas se dirigieron a su sala. "Samy, eres una gran persona, y te estoy muy agradecida. Eres muy ocurrente con lo que hiciste y les diste una buena lecci�n a esas, pero te ganaste un problema. Te van a querer pegar", le dijo Perla a Samanta "No te preocupes, ya encontraremos una soluci�n", le respondi� Samanta. UN INCIDENTE FUERA DEL LICEO Pasaron tres d�as y no se volvieron a ver asaltos de s�ndwich con Perla. Lo que sucedi� fue algo muy diferente a lo esperado. Un d�a en la tarde Samanta se dirig�a al Liceo a una actividad extra program�tica, y al pasar por un parque que estaba casi vac�o sinti� una discusi�n fuerte y un grito de mujer. Mir� y vio justo el momento en el que un tipo le daba una fuerte cachetada a la colorina del incidente con Perla. Iba a darle otro golpe, pero Samanta se acerca y le da al tipo una fuerte patada en el muslo. Emite un chillido de dolor y queda cojeando. Fue una patada de muay thai que hab�a estado practicando junto con Antonia "�Es tu novio?", le pregunt� Samanta a la colorina. "Lo era, pero termin� con �l justamente porque me estaba dando cachetadas. Y ahora se me apareci� de improviso diciendo que le pertenec�a", le respondi�. "Vete al liceo y esp�rame all�. Yo me hare cargo del tipo �C�mo se llama? �Crees que est� solo?", continu� Samanta. "Sa�l y lo m�s seguro es que est� solo. Pero ... " continu� la colorina, "Vete corriendo, yo me har� cargo de que nada te haga", le dijo Samanta a la colorina. El tipo se incorpor� para enfrentar a Samanta. Ella le dio tres golpes en la parte frontal a mano semi cerrada. El tipo manda un golpe y ella le toma la mano se la dobla y lo inmoviliza. Luego le da un golpe de pu�o en la cara y le deja la boca sangrando. Le mantiene la mano doblada. "S� que tu nombre es Sa�l. Quiero que me prometas que no vas a acercarte nunca m�s a tu ex novia", le dijo Samanta al tipo, ya teni�ndolo sometido. El tipo no contesta y Samanta le dobla el brazo con m�s fuerza con lo que lanza un aullido por el gran dolor que le hab�a causado. "Bien d�jame ir, por favor �Lo prometo!, �lo prometo!", contest� el tipo en medio del dolor. Samanta lo suelta y el tipo se va cojeando y sob�ndose el brazo, sin decir palabra. Posiblemente hab�a recibido la paliza de su vida. Al rato lleg� al liceo. Lo primero que encuentran es a la colorina con sus dos amigas del incidente con Perla. "Creo que tu nombre es Samanta", le dice la colorina. "S�, ese es mi nombre", contesta Samanta. "Bien, mi nombre es Sof�a" dice la colorina. "Yo soy Nora" dice la morena de trenzas. "Y yo soy Carola", dice la morena de pelo corto. Ahora las tres que hac�an bullying ten�an nombre para Samanta. "Te debo una, o m�s bien te debo dos", dijo Sof�a. "Las tres te debemos una disculpa. Espero que nos perdones", dijo Carola. "Y yo te debo las gracias, adem�s. Me salvaste de ese hombre bruto, y creo que no me va molestar m�s" dijo Sof�a. "�Eres karateca?" pregunt� Nora. "Veamos chicas. D�jenme hablara a mi ahora" dijo Samanta. "Te escuchamos" dijo Nora. "En primer lugar, s�, soy karateca, cintur�n negro, y les voy a pedir que no lo cuenten. Prefiero mantenerlo en secreto", respondi� Samanta. "Tienes nuestra palabra que lo vamos a callar", dijo Sof�a. Las otras dos asintieron. "Segundo, ya que me piden perd�n, las perdono. Sin embargo, con quien se han portado realmente mal es con Perla, y eso va a haber que remediarlo" dijo Samanta. Las tres se miraron y asintieron. "�Me quieren explicar por qu� le hac�an eso a Perla?" pregunt� Samanta. "Ya s� que no es excusa ni justificaci�n, pero a las tres nos han tratado mal en nuestra vida, y para nosotras es normal tratar as� a la gente", dijo Sof�a. "Sof�a y yo hemos sido maltratadas por hermanos mayores. Hasta el d�a de hoy" dijo Carola. "Yo tengo un padrastro que si bien no ha abusado sexualmente de m�, me ha pegado, y a m� mam� tambi�n", dijo Nora. "�Pero por qu� escogieron a Perla como v�ctima? Eso todav�a no me queda claro" dijo Samanta. "Porque nos ca�a mal. Hasta hace dos a�os fue compa�era de mi hermana menor, y ella siempre contaba que Perla era muy buena alumna, pero bien ego�sta para compartir conocimientos. Adem�s se ufanaba de sus notas, cosa que no s� si lo har� hasta ahora" dijo Nora. "En realidad nunca la he visto ufanarse de sus notas, pero sigue siendo buena alumna" dijo Samanta. "A ver, les propongo algo" continu� Samanta. Las tres la miraron con inter�s. "Ma�ana mismo, disc�lpense con Perla, y en la pr�xima semana que cada una le lleve un s�ndwich cada d�a. Puede ser de los que venden en el quiosco. S� que le gustan mucho los de palta" dijo Samanta. "Creo que es muy justo, pero no s� si tendremos dinero para hacerlo. Nuestra situaci�n econ�mica es bien ajustada", dijo Nora. "Yo puedo comprar los s�ndwiches y nos turnamos para d�rselo. Tengo algo m�s de holgura que Ustedes. Adem�s, yo soy la que m�s est� en deuda con Samanta" dijo Sof�a. Despu�s de eso, las tres estrecharon la mano a Samanta y luego entre ellas. Al d�a siguiente, Samanta le cont� a Perla todo lo sucedido en el d�a anterior, incluyendo la paliza que le dio al exnovio de Sof�a, y el arreglo al que hab�a llegado con las tres. Perla la miraba con admiraci�n y asombro. En el recreo la promesa se cumpli�. Las tres se disculparon con Perla, quien acept� las disculpas, y le entregaron el primer s�ndwich del acuerdo. PERLA Y SAMANTA VAN A COMER UN POLLO ASADO - SE ENCUENTRAN CON ANTONIA Dos d�as despu�s, en el recreo, Perla se acerc� a Samanta. "Samanta, mi mam� te est� muy agradecida por lo que has hecho por m�. Piensa que fuiste muy arriesgada, pero lo m�s importante es que me ayudaste", le dijo Perla. "Dile a tu mam� que no es nada, que hice lo que cre� que hab�a que hacer" dijo Samanta sonriendo. "Me dio dinero para que te invite a comer un trozo de pollo asado con papas fritas con una bebida, en el local de do�a Tita. Espero que lo aceptes" continu� Perla. Lo �ltimo conmovi� a Samanta hasta las l�grimas. Sab�a de la situaci�n econ�mica limitada de la familia de Perla, y por eso se dio cuenta de que para ellos era un lujo la invitaci�n de Perla. No dudaba que lo hac�an desde el fondo de su coraz�n. Pens� que lo correcto era aceptarla. Ese local de do�a Tita era famoso por el pollo asado y las papas fritas, deliciosos, y bastante m�s baratos que los de los malls. "Muy bien, y gracias", dijo Samanta, y abraz� y le dio un beso a Perla. Comieron el pollo a la salida de clases. Una vez que lo terminaron, Samanta le dijo que la acompa�ara al parque para encontrarse con su amiga Antonia, ya que quer�a que se conocieran. Cuando se encontraron, Samanta las present�. Antonia y Perla se dieron un beso en la mejilla. Perla entonces miraba a Antonia con cara de estupefacci�n. La recorr�a con su vista una y otra vez de arriba a abajo y de abajo hacia arriba. Samanta y Antonia empezaron a re�r. Se dieron cuenta que la cara de estupefacci�n que pon�a Perla, exagerada en todo caso, era por la estatura de Antonia. "�Qu� tiene Antonia?" le dijo Samanta riendo a Perla. "Es que tu amiga es muy grande. �No me habr�s tra�do para que ella me coma?" dijo Perla. Las dos amigas rieron con ganas. "Mido un metro ochenta y seis no m�s. No es para tanto", dijo Antonia. "�No m�s? Menos mal. Bueno yo mido un metro cincuenta y dos no m�s", dijo Perla. Las dos amigas volvieron a re�r. "Perla, Samanta me dijo que eras muy divertida, y lo estoy comprobando a los pocos segundos de conocerte", dijo Antonia. "Gracias", dijo Perla. SAMANTA HACE PRUEBAS DE FUERZA CON RAUL Entretanto el romance de Samanta con Ra�l continuaba. Poco a poco se dieron cuenta de la fuerza de Samanta. Empezaron cuando ella vio que una amiga levantaba al novio cuando iban abrazados. Lo hac�a manteni�ndolo abrazado por la cintura, luego le pon�a el brazo delante y lo levantaba. Samanta intent� hacerlo y lo logr� sin dificultad. Lo siguiente fue subir a Ra�l en su espalda lo que en chile se conoce como "al apa", y camin� con �l. Continu� con subirlo al hombro, y despu�s tomarlo en brazos como novia. Todas esas cargadas a Ra�l lo excitaban mucho y a Samanta le excitaba ver como las erecciones llegaban r�pido. Otra cosa que hac�a la pareja eran las vencidas de brazos. Al principio ganaba siempre Ra�l por su mayor fuerza masculina. Sin embargo, Samanta hac�a ejercicios de pesas y flexiones en forma permanente, con lo que su fuerza y musculatura aumentaban d�a tras d�a. A Ra�l le costaba cada vez m�s ganarle. Lleg� un momento en el que Samanta empez� a ganar en las vencidas, y Ra�l nunca volvi� a ganarle. HECHOS POSTERIORES Samanta termin� la ense�anza media en el mismo liceo y luego entr� a estudiar a la universidad la carrera de Pedagog�a en Educaci�n F�sica. Antonia ingres� a la carrera de Negocios Internacionales, aprovechando su conocimiento de idiomas. Perla entr� a ingenier�a inform�tica. Junto con su gran amiga Antonia, Samanta sigui� avanzando en karate, y conocieron otras artes marciales. La situaci�n econ�mica de la familia de Samanta se recuperar�a al cabo de un par de a�os, cuando su pap� tendr�a �xito en un nuevo emprendimiento. Con Ra�l tendr�a un romance tormentoso, con rupturas y reconciliaciones. �l, un poco mayor que Samanta, entr� a estudiar derecho un a�o antes.