MUJER ALTA EN LA CALLE, VISTA EN COMPAÑÍA DE CUATRO HOMBRES MÁS BAJOS – 1 Por Esper, esper_cl@yahoo.es Joel obtiene un nuevo trabajo que le permite encontrarse con una antigua compa�era de b�squetbol, muy alta y fuerte. Eso da pie para muchas vivencias, especialmente por cuanto se est� divorciando. JOEL POSTULA A UN NUEVO TRABAJO - VE A LA MUJER ALTA Todo empez� cuando en un mes de abril, Joel acudi� a una entrevista de trabajo, en una empresa situada en un lugar de Santiago de Chile conocido informalmente como "Sanhattan". Ese apelativo es una mezcla de las palabras Santiago y Manhattan. Se le llama as� porque en los �ltimos a�os se ha llenado de edificios corporativos modernos, hoteles, y restaurantes para hacer negocios. Al recorrer un tramo por la avenida, vio que delante de �l, caminando a unos treinta metros, iba un grupo compuesto por cuatro hombres y una mujer. Lo que llamaba la atenci�n era la gran estatura de la mujer. Era m�s alta que todos los hombres del grupo. El que la segu�a en tama�o med�a unos en unos diez cent�metros menos. El que caminaba al costado de ella med�a unos veinte cent�metros menos. Ella llevaba el pelo tomado. Pese a la distancia Joel pudo apreciar que la mujer ten�a pelo casta�o, y su tez era clara. Estaba con minifalda, llevaba medias oscuras y en la parte superior estaba con un blazer azul. A todas luces la mujer y los cuatro hombres se dirig�an a almorzar, en medio de la jornada de trabajo. Ella iba caminando en el extremo izquierdo del grupo, en el lado opuesto a la calzada. La entrevista era en una l�nea a�rea, para un cargo en el �rea finanzas, para el cual �l ten�a estudios y experiencia. Estuvo conversando m�s de una hora con su posible futuro jefe, y otra media hora con el gerente del �rea. Al terminar las entrevistas se le dijo que dentro de un d�a o dos se la dar�a una respuesta a su postulaci�n. Sali� del lugar y se dirigi� al ascensor. La mujer alta que vio caminando estaba en el pasillo en compa��a de otra mujer. Joel la reconoci� de inmediato como la mujer que hab�a visto en la calle, por lo alta, su minifalda y medias. Ambas mujeres llevaban carpetas en la mano, por lo que se pod�a suponer que iban a una reuni�n. La sorpresa vino cuando se miraron a los ojos, y �l y la mujer alta resultaron conocidos. Se miran y se reconocen. Su nombre es Maribel, y se conocieron veinte a�os atr�s JOEL: �Maribel! Holaaaa MARIBEL: �Joel! �Qu� sorpresa! Se abrazan y besan en la mejilla. MARIBEL: �Qu� haces ac�? JOEL: Tuve una entrevista. Estoy postulando a un cargo en el �rea de finanzas. �Y t�? MARIBEL: Mira que bien. Yo trabajo en el �rea de recursos humanos. JOEL: Es toda una sorpresa que nos encontremos ac�. MARIBEL: Espero que entres trabajar a esta empresa. En ese momento lleg� al ascensor. Iba hacia arriba, direcci�n que ten�a que tomar Maribel. Joel ten�a que esperar el ascensor de descenso. MARIBEL: Me tengo que ir r�pido a una reuni�n. Mi anexo es el 2257. Ll�mame y conversamos, ya sea que entres o no a la empresa. JOEL: Muy bien. Se despidieron con un beso en la mejilla. Ella se tuvo que inclinar un poco pues med�a cinco cent�metros m�s que Joel. Despu�s de que se separaron, Joel se qued� pensando en ella. Hab�an jugado b�squetbol en el mismo club cuando eran j�venes. Le cost� reconocerla cuando la vio caminando con tenida formal con el pelo tomado, un rato antes. La recordaba con el pelo a los hombros, normalmente suelto. Solo se lo amarraba con cola de caballo en los partidos y entrenamientos. Siempre usaba jeans y ropa juvenil. VEINTE A�OS ANTES Joel y Maribel se conocieron jugando b�squetbol en un club, en la ciudad de Concepci�n en la que viv�an, y de la que ambos son oriundos. En Chile el b�squetbol se practica mucho desde Concepci�n hacia el sur. La explicaci�n es la lluvia y el fr�o que son m�s frecuentes que en la zona central. El b�squetbol se puede practicar en lugares techados, en tanto que para otros deportes como el f�tbol y el tenis, las condiciones clim�ticas son m�s adversas por la lluvia �l estaba en la Universidad cuando Maribel entr� a jugar al club. Para entonces ella cursaba el �ltimo a�o de colegio. Siendo los dos altos, escogieron ese deporte. Con todo Maribel era m�s alta de los dos con un metro noventa de estatura. Tambi�n era las m�s alta del equipo femenino y una de las jugadoras m�s altas del ambiente del b�squetbol femenino de Chile. Joel, con su metro ochenta y cinco, estaba dentro del promedio de los jugadores del equipo masculino. Eran muchos los compa�eros de equipo que lo superaban en altura. De las mujeres, dos eran m�s altas que �l, incluyendo a Maribel. �l comenz� a tener problemas para asistir a los entrenamientos por los estudios que estaba llevando. Eso implicaba que a veces no estaba en condiciones de jugar en los partidos por no haber entrenado lo suficiente. Por ello, el coach le ofreci� que fuera sparring. Entend�a que Joel ten�a problemas de tiempo, pero no quer�a perderlo del equipo, y necesitaba sumar personas. La idea de ser sparring le gust� a Joel, especialmente porque iba a serlo del equipo de mujeres del club. Esto significaba que �l iba a jugar en los partidos de entrenamientos de damas, tanto en la defensa como en el ataque. Tambi�n iba a participar en ejercicios de entrenamiento, fuera de los partidos. Fue as� como se fue haciendo amigo de Maribel, y de otras chicas que jugaban. Parte del entrenamiento consist�a en ponerse delante de una jugadora para evitar que ella avanzara y encestara. Varias veces le toc� ponerse delante de Maribel. Al principio ella no lograba pasarlo, y Joel siempre lograba impedir que ella lanzara, pese a ser m�s bajo. Sin embargo, el entrenamiento surti� efecto, y Maribel empez� a pasarlo y encestar. Aprendi� a aprovechar su gran estatura, y uno de sus logros fue poder saltar en el momento oportuno. En cierta oportunidad, en un partido de entrenamiento, los dos chocaron. Maribel avanz� de espaldas al defensa, luego se dio vuelta, salt�, lanz� la pelota al aro, y logr� encestar. Joel tambi�n salt� para oponerse, y al caer chocaron en el aire. Maribel cay� bien, pero Joel trastabill� y termin� en el suelo. El partido se detuvo moment�neamente. Maribel le tendi� la mano y lo ayud� a levantarse. Le bast� una mano para levantarlo. As� �l comprob� doblemente la fuerza que ten�a. En otra ocasi�n, despu�s de un entrenamiento, las chicas empezaron a cargarse las unas a las otras en la espalda. Eran todas fuertes y deportistas, de modo que pod�an hacer eso sin dificultad. El entrenador re�a, pero les dijo que tuvieran cuidado. Un mal movimiento podr�a significarles una lesi�n o un dolor lumbar. Maribel, que era la m�s alta y quiz�s la m�s fuerte, no tuvo ese problema. Alguien le dijo que cargara a un hombre. El que estaba m�s cerca era Joel, quien a la fecha pesaba ochenta kilos. Maribel lo carg� sin dificultad. Despu�s de eso, lo carg� en sus hombros repartiendo el peso. No tuvo dificultad en hacerlo. Una compa�era de equipo, llamada Julia le dijo: " te apuesto que no puedes dar la vuelta a la cancha cargando a Joel". MARIBEL: �Y qu� apostar�amos? JULIA: La que pierde invita a la otra a comer un s�ndwich y una cerveza en la fuente alemana. MARIBEL: �Trato hecho! Ella se volvi� a agachar y carg� a Joel en sus dos hombros. Luego comenz� a caminar en torno a la cancha de b�squetbol. Cuando complet� a la vuelta, no baj� a Joel sino que lo mantuvo cargado y comenz� a conversar con Julia y las otras chicas. Todas re�an. Se ve�a que pod�a seguir un buen rato con �l, mostrando su gran fuerza y resistencia. Desde entonces se produjo un especie de flirteo entre ambos. A �l ya le atra�a el tama�o de ella, y el conocer su fuerza en el peque�o accidente le atrajo a�n m�s. Joel era dos a�os mayor que Maribel. Cuando ocurri� ese encontr�n �l ten�a veinte a�os y ella dieciocho. �l ten�a novia entonces, lo que Maribel sab�a, pero para ninguno de los dos result� ser un impedimento el mirarse y gustarse. A fines de ese a�o, Maribel se fue a vivir a Argentina porque su padre fue trasladado en su trabajo. Ella misma le pidi� a Joel que se juntaran a comer un s�ndwich y una bebida, los dos solos, como despedida. Lo hicieron en un lugar en la cerca de la casa de ella. Cuando terminaron, ella lo acompa�� para que tomara el bus de vuelta a su casa. Antes de irse se abrazaron fuerte, se besaron varias veces en la mejilla. Luego, ella le puso los labios y �l la bes� en esa parte. Fue un acto totalmente espont�neo, y a ninguno de los le pareci� una infidelidad. DE VUELTA AL PRESENTE Finalmente Joel entr� a trabajar a la empresa, una semana despu�s del d�a de la entrevista. Llam� a Maribel para contarle, y ella se puso muy contenta. Quedaron de juntarse para recordar viejos tiempos. Intercambiaron n�meros de tel�fono y correos. En las primeras conversaciones Maribel le cont� que llevaba un a�o separada, y Joel cont� que su matrimonio andaba bastante mal. Pas� otra semana y Maribel llam� a Joel para concretar la idea de reunirse los dos. MARIBEL: Hay un sitio a cuatro cuadras de la empresa, el que abre muy temprano. Podr�amos tomar desayuno antes de venirnos a trabajar. JOEL: Me parece una excelente idea. �Quieres que nos juntemos ma�ana mismo? MARIBEL: S�. �Puedes estar a las 7:30? JOEL. Claro que s�. As� lo hicieron. Conversaron mucho de lo que hab�a sido la vida de cada uno. Maribel estaba reci�n separada y ten�a una hija de trece a�os. Se hab�a casado con un argentino y se hab�a establecido en Chile una vez que se casaron, hace quince a�os. Estudi� contabilidad en Buenos Aires, y de regreso a Chile hizo cursos de especializaci�n en recursos humanos, coaching , y temas afines. Sus padres hab�an vuelto a Chile y eran una gran ayuda para cuidar a su hija, una vez que se separ�. JOEL: �C�mo se llama tu hija? �Es alta y juega b�squetbol? MARIBEL: Se llama Bel�n. Se ha dedicado m�s al atletismo, aunque tambi�n juega b�squetbol. Ya est� cerca del metro ochenta a sus trece a�os. El doctor calcula que va a medir entre uno ochenta y dos y uno ochenta y cuatro. Su pap� mide uno ochenta. JOEL: O sea es diez cent�metros m�s bajo que t�. Si mal no recuerdo mides uno noventa. MARIBEL: As� es. Hace poco me med� en el m�dico, y mido lo mismo de siempre. Esa altura la tengo desde los dieciocho a�os. A los trece ya superaba el metro ochenta. JOEL: Yo debo haberte conocido a los diecis�is, y ya se notaba que eras m�s alta que yo. Yo soy dos a�os mayor que t�, y cuando te conoc� ya ten�a mi estatura definitiva de uno ochenta y cinco. MARIBEL: As� lo recuerdo. JOEL: Todav�a me acuerdo cuando chocamos en entrenamiento, y termin� en el suelo. MARIBEL: jajajajajaa. Creo que los dos siempre lo vamos a recordar. Y gracias a ti, aprend� mucho de como jugar. JOEL: Gracias, me honra lo que me dices. Al principio me era f�cil detener tu avance, pero fuiste aplicando nuevas t�cnicas, y despu�s te era f�cil pasarme. Supiste aprovechar tu estatura. Y tu fuerza ... Ella sonr�e y le hace una caricia en la mano. En ese momento estaba con el pelo suelto, y del mismo largo que Joel recordaba que ella usaba. JOEL: Me imagino que tambi�n te acuerdas cuando me cargaste y diste conmigo una vuelta a la cancha. MARIBEL: Jajajajajajaa. Imposible no recordarlo. JOEL: Nos impresionaste a todos con eso. MARIBEL: Lo s�, pero no me pidas que te lleve cargando a la oficina. JOEL: �Crees que podr�as hacerlo? MARIBEL: No s� si podr�a dar una vuelta a la cancha contigo cargado, pero de que te podr�a cargar en mis hombros sin dificultad, claro que podr�a. Ambos r�en con ganas, al recordar la cargada. �l pens� que ella se segu�a viendo fuerte, aparte de lo alta, y si intentara las misma proeza de nuevo, con seguridad lo lograr�a JOEL: Y en Buenos Aires, �jugabas b�squetbol? MARIBEL: Claro que s�. Mucho. Jugaba en el club de la misma universidad en la que estudiaba. Por mi estatura y forma de jugar se interesaron r�pidamente en m�. Lo dej� reci�n cuando qued� esperando a mi hija. JOEL: �Y has vuelto a Concepci�n? MARIBEL: La �ltima vez fue hace como cinco a�os. Mis pap�s tambi�n viven en Santiago. �Y t�? JOEL: Voy todos los a�os, ya que sigo teniendo familia all�. MARIBEL: Cu�ntame de ti y de tu familia actual. JOEL: Bien. Tengo dos hijos mellizos, hombres los dos, de diecis�is a�os. MARIBEL: �C�mo se llaman? �Hacen deportes? JOEL: Se llaman Ignacio y Nicol�s. Los dos juegan al f�tbol, y rugby �ltimamente. MARIBEL: �Y tu esposa? �Es aquella chica que ten�as cuando entren�bamos? JOEL: No. Con ella terminamos al poco tiempo de que te fuiste. A mi esposa actual, la conoc� estudiando ingl�s en un curso. Nos casamos cuando yo ten�a veinticinco a�os. Al a�o de casados nacieron los mellizos. Ella es de mi edad. MARIBEL: Yo acabo de cumplir cuarenta a�os. T� debes tener cuarenta y dos. JOEL: Exactamente. Tengo cuarenta y dos MARIBEL: �Y qu� tal tu experiencia de matrimonio? JOEL: �Quieres que te conteste sinceramente? MARIBEL: Obvio. Cu�ntame lo que quieras contar. JOEL: Ya que me lo preguntas, en los �ltimos dos a�os ha andado p�simo. Ella lo qued� mirando, como para que el siguiera hablando. Opt� por no hacer preguntas. JOEL: Nos llevamos muy mal. Discutimos mucho. No nos ponemos de acuerdo. A veces me critica en presencia de nuestros hijos. Su nombre es Lourdes. MARIBEL: �Ella trabaja? JOEL: S�, su familia tiene tres hoteles, y Lourdes trabaja en la administraci�n. Los due�os son sus padres. Son dos hermanas y las dos trabajan en la administraci�n de los hoteles. Hace seis meses qued� sin trabajo y me puse a trabajar con la familia de mi se�ora. Cr�eme que no fue una buena experiencia. Por eso me puse a buscar un nuevo trabajo, hasta que encontr� este. Y me saqu� un gran peso de encima. MARIBEL: �Qu� fue lo que no te gust�? JOEL: Que estaba en una posici�n inferior, tanto en sueldo, como en autoridad. Me hac�an sentir como inferior a ellos. Adem�s, me dejaron claro que nunca iba a participar en la direcci�n de su empresa. Ella me daba �rdenes y me controlaba. Eso tension� nuestro matrimonio, pero a mi se�ora no pareci� importarle. MARIBEL: �Has pensado en divorciarte? JOEL: Claro que lo he pensado. Eso quiero. Pero Lourdes es tan complicada que si llego a ped�rselo puede que quiera problemas por puro gusto. La conozco. Y eso que lo m�s probable es que quiera divorciarse. MARIBEL: �Tienes una foto de ella? Tengo curiosidad de ver como es. �l busc� en su celular y le mostr� una foto en la cual estaban los cuatro. Lourdes se ve�a como una mujer morena espigada, muy guapa y distinguida, a juicio de Maribel. JOEL: Esa foto es del a�o pasado. Los mellizos ya me est�n alcanzando. Creo que van a ser un poco m�s altos que yo. Mi esposa es alta, pero no como t�. Mide uno setenta y siete Vieron la hora, y eran las 8 30, momento para que se fueran a la oficina. Se pusieron de pie, se abrazaron y besaron largamente en la mejilla. Se tomaron de las manos. Ella luego se tom� el pelo con una traba, despu�s de haberlo tenido suelto durante toda la conversaci�n. MARIBEL: Ha sido muy rico este desayuno compartido. Podemos seguir haci�ndolo de vez en cuando. JOEL: De acuerdo. Hay que repetirlo. MARIBEL: �Nos vamos juntos o separados a la oficina? JOEL: V�monos juntos. No veo problema. MARIBEL: Bien, pero no nos despidamos de beso cuando hayamos llegado a la oficina. ESE MISMO D�A EN LA NOCHE. Despu�s del trabajo, Joel lleg� a su casa. El haberse juntado con Maribel en la ma�ana, tuvo un efecto positivo en su �nimo. Pens� que el desayuno que tuvo con ella, contrastaba con el ambiente poco grato con su esposa. Lleg� como a las ocho de la noche a su casa. Salud� a sus hijos y luego fue al dormitorio, donde estaba su esposa viendo televisi�n. Se saludan con un fr�o "hola". Se acerca a darle un beso. Ella lo acepta, pero no era tan cari�oso como lo era hac�a a�os. Ella not� que �l estaba especialmente de buen �nimo. LOURDES: Te ves de buen �nimo ... JOEL: Claro, es que tuve un buen d�a. LOURDES: �y cu�l es la raz�n? JOEL: Es que tuvimos una reuni�n en el departamento, y varias propuestas m�as fueron acogidas. Sirvi� que yo hubiera trabajado en un banco antes. Lo que dijo Joel era cierto, pero no le quiso decir a Lourdes que tambi�n el desayuno con Maribel era una raz�n para su buen �nimo. LOURDES: Ojal� que dures en ese trabajo ... Ese comentario tom� por sorpresa a Joel, y le desgrad� bastante. JOEL: �Y a qu� viene ese comentario? LOURDES: Es que al final te echaron del banco. JOEL: A ver. Dur� quince a�os en ese banco, hice carrera, y como sabes me desvincularon porque mi banco fue fusionado con otro. LOURDES: S�, pero si hubiera sido m�s pol�tico de habr�as quedado. JOEL (molesto): Nada te pone contenta. Te pones muy desagradable. Deber�as estar contenta porque tengo un nuevo trabajo, pero nada. LOURDES: Es que aprend� a ser exigente. Lo siento si no te gusta. JOEL: Cuando siempre has trabajado en la empresa de tus pap�s, y eres directora por herencia, es muy f�cil ser exigente. LOURDES: Bueno. T� te quisiste casar conmigo, y soy as�. JOEL: Lo mismo puedo decir yo. Y lo que m�s quisiera es llegar a mi casa y no tener estas peleas que a ninguna parte llevan. Siguieron discutiendo sin ponerse de acuerdo. Joel opt� por salir un rato. No volvi� muy tarde, y al hacerlo se fue a dormir al cuarto de alojados. Estaba en sus planes tener sexo, pero opt� por ni siquiera acercarse a su esposa. Esa forma de ser de Lourdes era divertida cuando eran novios. A veces los dos re�an de lo fregada que era. Despu�s de a�os, esas actitudes hab�an perdido totalmente su simpat�a. Pens� en ese momento en lo distinta que era Maribel. De inmediato le vino la idea de tener algo con ella. DIAS Y SEMANAS SIGUIENTES Lourdes se disculp� con Joel porque reconoci� que hab�a sido dura con �l. Una molestia en su trabajo hizo que estuviera especialmente complicada. �l acept� las disculpas y eso implic� una calma de algunos d�as. Con todo, estaba seguro que las desavenencias matrimoniales no se hab�an terminado, y probablemente nunca se terminar�an. Comenz� a pensar seriamente en el divorcio. Se le pas� por la mente que Lourdes querr�a lo mismo. El fin de semana siguiente Lourdes le propuso que salieran a almorzar parrilladas en las afueras de Santiago con sus hijos. Joel le dijo que francamente tem�a que la salida se convirtiera en algo desagradable para todos, por los comentarios duros de ella. Ella acept� evitar esos comentarios. Finalmente fueron a almorzar los cuatro a las afueras. No hubo comentarios desagradables, pero el ambiente estuvo bastante fr�o, muy distinto al de otras �pocas familiares. Con Maribel siguieron en contacto. Se juntaban en el mismo sitio a tomar desayuno antes del trabajo. Eso lo hac�an unas tres veces al mes. Con ella, Joel compart�a algunos de los problemas que ten�a con su esposa. Sin embargo, prefer�a que hablaran de temas m�s positivos, como el trabajo, sus proyectos, e incluso los chismes de la empresa. El b�squetbol desde luego era un tema que les gustaba. �l no quer�a que Maribel fuera su pa�o de l�grimas ni su consuelo, aunque reconoc�a que le gustaba mucho y estaba llenando una parte de su vida. Conversaban por celular d�a por medio, y estaban al tanto el uno del otro. Un d�a de semana despu�s del trabajo Joel y Lourdes fueron juntos al supermercado a hacer las compras para la quincena. Era una costumbre que ten�an por a�os. Estaban en el pasillo de las conservas de at�n, cuando repentinamente ven a Maribel. Joel la saluda de beso y las presenta con su esposa. JOEL: Lourdes, ella es Maribel. Trabaja en la empresa en Recursos Humanos, y por coincidencia nos conocimos en Concepci�n porque jug�bamos b�squetbol en el mismo club. Maribel, ella es Lourdes mi esposa. Se saludan cordialmente con un beso en la mejilla. Comentan un par de cosas con relaci�n al supermercado y se despiden. Lourdes parece notar que hay una afinidad entre Joel y Maribel, pero nada dice. Despu�s de que se alejaron Lourdes comenta "�qu� alta es esa mujer! Es l�gico que la conocieras del b�squetbol. �C�mo es que se llama? �Maribel?". Joel le responde que efectivamente su nombre es Maribel. El matrimonio segu�a mal, y comenzaron a hablar de divorcio. Primero fueron indirectas en la cual se dec�an cosas como que a veces estaban mejor el uno lejos del otro. Luego reconocieron que no estaban bien, y eso ocurr�a en general y no solo "a veces". Lleg� el momento en el cual empezaron a planificar el divorcio, y a iniciar los tr�mites. Desde un momento convinieron en que ella se quedar�a en la casa con los mellizos, y �l se ir�a a vivir solo a un departamento. A Joel le corresponder�a pagar la educaci�n de sus hijos, y ella correr�a con los gastos de la casa. No hubo mayores desacuerdos en la parte econ�mica del divorcio. Un d�a viernes Maribel le cont� a Joel que una prima le hab�a presentado a un amigo y que iban a salir juntos. Joel le pregunt� si el tipo le interesaba y ella le contest� que era posible y que ten�a que estar abierta a conocer gente. Le dijo que ya llevaba un a�o de separada, ella y su hija lo hab�an sabido llevar. OTRO DESAYUNO DE JOEL Y MARIBEL El d�a martes siguiente, Joel y Maribel se juntaron a tomar desayuno en el lugar de siempre. Joel lleg� a las 7:15 y ella ya estaba sentada. Se hab�a sacado la chaqueta y estaba con una especie de su�ter oscuro, formal para trabajar. Una vez m�s, al mirarla, pens� en el inmenso tama�o de sus hombros y brazos. De pie se ve�a m�s bien esbelta y delgada, pero sentada impresionaba el ancho de sus espaldas y el largo de su cuello y cabeza. Toda esa inmensidad del cuerpo de ella a Joel le gustaba mucho. Se acerc� a ella, y la tom� por los hombros y la bes� cari�osamente. Tambi�n la tom� de la mano y le acarici� la cabeza. Ella recibi� esos gestos sentada, y le apret� la mano con fuerza cuando �l se la tom�, como manera de corresponderle. Joel se sent�, y antes de hacerlo se dio cuenta que Maribel se hab�a sacado los zapatos y que estaba con medias. JOEL: Veo que te sacaste los zapatos. MARIBEL: S�, es que son nuevos. Me incomodan un poco. JOEL: �Cu�nto calzas? MARIBEL: Cuarenta y cinco. No podr�a ser menos, con mi metro noventa. JOEL: Yo calzo lo mismo. Me imagino que debe ser dif�cil para ti encontrar zapatos. MARIBEL: M�s que dif�cil es casi imposible. Me los tengo que mandar hacer. Hay un sitio donde me conocen, tienen mi medida y me los hacen. ��ltimamente he comprado por internet, lo que es una soluci�n. JOEL: Me habr�a imaginado que es as�. MARIBEL: Especialmente en Santiago es muy dif�cil. En Buenos Aires no es com�n esa medida, pero las encuentras. Hablaron un poco de los planes de divorcio. Maribel ya estaba enterada que estaban tomando esa decisi�n. Luego Joel pas� al tema que le interesaba tratar. JOEL: �Y qu� tal tu salida del s�bado? MARIBEL: Pues agradable. El tipo me lo present� mi prima, porque es alto, de mi porte, y es divorciado. JOEL: �Y pas� algo? MARIBEL: Es bien especial la pregunta que me haces. Normalmente no vas tan al hueso. JOEL: Pues creo que tenemos la confianza para que te la haga. Y lo que tiene que ver contigo me interesa. MARIBEL: Bien. No intimamos, y ni siquiera me bes� en la boca. Cuando nos despedimos me dio un beso en el cachete y me tom� la mano unos segundos. JOEL: Ok MARIBEL: �Algo m�s? JOEL: �Quedaron de verse de nuevo? MARIBEL: �l me dijo que le gustar�a volver a llamarme, y yo le dije que no ten�a problema. JOEL (se ve pensativo): mmmm MARIBEL: �Qu� pasa? �Est�s celoso? Es raro que me hagas tantas preguntas sobre un tema. JOEL: Pues claro que s�. No te voy a negar que me dieron celos el saber que ibas a salir con un tipo. MARIBEL (despu�s de meditar unos instantes): �Significa que me quieres m�s que como una amiga? JOEL: Totalmente. Y me gustas mucho. Y creo que t� tambi�n a m�. No es una pregunta. No es necesario que me contestes. MARIBEL: No hay problema. No nos vamos a enga�ar. Tambi�n me gustas y te quiero m�s que como un amigo. Pero ... JOEL (Interrumpi�ndola): pero yo me estoy divorciando y quiz�s no es el momento. �eso me ibas a decir? MARIBEL: Pues s�. Yo pas� por esa experiencia, y s� como es. Hay etapas que se viven. JOEL: Tienes raz�n. MARIBEL: �Entonces? JOEL: Es cierto que me estoy divorciando y eso implica varias etapas no f�ciles. MARIBEL: �Pero? JOEL: Siento que con Lourdes me estoy sacando un peso de encima, y probablemente ella piensa lo mismo con relaci�n a m�. Pero tengo claro mis sentimientos contigo y no quiero perderte. Si me pongo a esperar cumplir etapas para tener algo contigo, quiz�s conoces a alguien e inicias una relaci�n. Y yo no quiero eso. �Me entiendes? MARIBEL: S�. Te entiendo. Se quedan mirando por unos segundos, sin decir cosa alguna. MARIBEL: S�cate los zapatos. �l queda mir�ndola con asombro. MARIBEL: Anda. S�cate los zapatos. �l obedece, y quedan los dos descalzos, pues ella se los hab�a sacado al llegar. Acto seguido, ella le pone el pie izquierdo sobre el derecho de Joel. A �l le agrad� mucho. Sab�a que los pies son una zona er�tica, y lo estaba comprobando. Hacerlo con Maribel no pod�a ser mejor, dado el sentimiento que ten�a por ella. Adem�s, sentir su enorme pie, suave y femenino era parte del gran placer. Todo ello era a pesar de que ella estaba con medias y �l con calcetines. Se miran y sonr�en. Maribel mira a su alrededor, y ve que no hab�an personas conocidas en el lugar. Tan solo hab�a un matrimonio mayor, a varias mesas de distancia. Mira a Joel, le dice que le d� un beso en la boca. Desde luego que �l no se hace repetir y se lo da. MARIBEL: D�jame decirte algunas cosas. Y despu�s me dices lo que quieras. JOEL: Soy todo o�dos. MARIBEL: De que me gustas y te quiero, eso dalo por hecho. Incluso, de alguna forma ya te siento como mi pareja, a�n antes de esta conversaci�n. Joel no puede evitar sonre�r al escucharla, pero cumpli� la petici�n de ella de no hablar hasta que hubiera terminado. MARIBEL: Quiero irme de a poco. No voy a salir con otros hombres ni buscar otras parejas, pero quiero que entiendas mi aprehensi�n, y que no me presiones. Eso de irme de a poco, significa que podemos tener una relaci�n, pero por ahora ni mi hija ni mis padres van a saber que tengo algo contigo. Eso se ver� en el futuro. Y desde luego que esto no se sabr� en la empresa. Y te voy a pedir que manejes la misma discreci�n con tus hijos. Ahora habla t� y dime si est�s de acuerdo. JOEL: Me parece bien lo que dices, te entiendo. Por supuesto que estoy de acuerdo. Y tendr� que ayudarte a despejar tus temores. MARIBEL: Bien, est� todo claro. Ella misma le tom� la cara e hizo que se besaran en los labios. Esta vez abrieron las bocas y sus lenguas se contactaron con movimiento. Mir� su reloj hora y vio que era hora de irse a trabajar. Se pusieron de pie y antes de salir se abrazaron largo. Ella se agach� y puso su cara en el cuello de �l. Momentaneamente estaban de la misma estatura. Ese mismo d�a, en pleno trabajo se encontraron en el ascensor, en el que compartieron el trayecto. Ella le dijo en voz baja, como previendo que hubieran c�maras y micr�fonos en el ascensor "ll�mame a mi celular, exactamente a las 16:30". �l la llam� y ella le dijo que estaba libre en la noche, pues al d�a siguiente era feriado, y su hija iba a dormir donde sus primas. Despu�s del trabajo, �l se fue al departamento de ella, en el que estaba sola. Al llegar se abrazaron, besaron largamente, se desnudaron y tuvieron sexo intenso. TRES MESES DESPU�S Joel ya se fue a vivir solo a un departamento. El divorcio est� avanzado en sus tr�mites. Sigue en su relaci�n con Maribel, la que ambos sienten que va bien. Hace un mes ella le cont� a su hija de su relaci�n de pareja con Joel y se lo present�. Tambi�n los mellizos saben de Maribel y ya la conocen. La relaci�n pas� del secreto a la discreci�n. Algunas amistades de los dos ya saben o se han dado cuenta. Ella se ha quedado varias veces a dormir con �l, aunque son m�s las veces que han tenido sexo, sin alojar en la casa de �l. Por precauci�n ella debe evitar quedarse fuera de casa. Con Lourdes est�n acordados los detalles del divorcio, especialmente lo que se refiere a gastos de sus hijos y salidas. Ella se qued� viviendo con sus hijos en la misma casa en la que viv�an, de la que �l segu�a pagando el cr�dito hipotecario. Le pidi� a Joel que no fuera a la casa sin ser invitado o sin preguntar antes. �l lo acept� porque le pareci� razonable. Un d�a s�bado en el que sali� a almorzar con sus mellizos, le dijeron que su mam� quer�a hablar con �l a solas. Uno de ellos le dijo que la privacidad le iba a costar darles plata para el Starbucks. El rio como manera de aceptarlo. Llegaron a la casa, los mellizos partieron al caf� y Joel entr� para hablar con Lourdes. Se saludaron con un beso en la mejilla. LOURDES: Entremos de inmediato en los temas que quiero tratar contigo. JOEL: Muy bien. Soy ojos y o�dos. LOURDES: Lo primero es que quiero ampliar la casa. Quiero ocupar parte de la terraza como living y hacer la terraza m�s hacia el jard�n. JOEL: Bien. Sigue explic�ndolo. LOURDES: Mi pap� me la quiere regalar, pero se necesita la autorizaci�n tuya, porque eres el due�o de la casa. Lo que tienes que saber es que en algo aumentar�a el impuesto territorial. JOEL: No veo problema. Cuando tengas los planos y los detalles, me avisas. LOURDES: Ok, primer tema resuelto. JOEL: Vamos al segundo tema entonces. LOURDES: Lo segundo que quiero contarte es que estoy en una relaci�n de pareja. Los mellizos ya lo saben, pero quer�a que lo supieras por m�. Incluso ellos ya lo conocen. JOEL: Muy bien, tienes todo el derecho a hacerlo y no dudo que muchos hombres querr�an tenerte como pareja. Y me parece muy prudente que lo sepa directamente de ti. LOURDES: �Quieres que te cuente quien es? JOEL: S�, cu�ntame. LOURDES: Es un empresario gastron�mico peruano. Tiene dos restaurantes en Santiago, y le va bastante bien. Es de familia de empresarios gastron�micos peruanos y chefs. Se llama Pedro Pablo, y a veces sus amigos le dicen PPK. JOEL: jajajajaa LOURDES: �Te acuerdas de un viaje que hice a Lima con mis pap�s y hermana hace cinco a�os, a una convenci�n hotelera? JOEL: Claro que me acuerdo. LOURDES: Ah� lo conoc�, le gust�, y se decepcion� mucho cuando supo que era casada. JOEL: D�jame adivinar. Te encontraste con �l hace poco y fue una muy buena noticia para �l, el que te hubieras separado. LOURDES: No te conoc�a esa faceta de brujo. Fue m�s o menos as�. JOEL: jajajajaja LOURDES: �Te sigo contando? JOEL: Dale. LOURDES: Un d�a fui a ver a una cantante peruana a un recital. Fui con mi hermana Bernardita. Llegamos temprano, ella fue al ba�o, y me encontr� con �l, que estaba solo. JOEL: �Fue el recital de la Eva Ayll�n por casualidad? Iba ir, pero estaban agotadas las entradas. LOURDES: S�, fue ese mismo recital. Bueno. Nos encontramos con Pedro Pablo y se le ilumin� la cara el verme. Conversamos un poco hasta que me pregunt� por mi esposo. Le dije que acababa de separarme, y ah� la cara le relampagueaba por todos lados. Parec�a que le hab�an dado una de las mejores noticias de su vida. Le di mi tel�fono, salimos, y ahora estamos emparejados. �l tambi�n es separado. JOEL: Bien, te felicito. Por la forma como hablas de �l, se ve que est�s a gusto. Y sin duda el tipo est� muy feliz. Ella sonr�e. JOEL: jajajajaa Ahora entiendo algo. LOURDES: �Qu�? JOEL: Antes de ir a almorzar les dije a los mellizos si quer�an ir a comer comida peruana. Su respuesta fue un no rotundo. Seguramente fue porque ya la han comido y tienen en perspectiva seguirla comiendo. LOURDES: jajajaa. S�, debe ser por eso. Bueno, vamos al tercer y �ltimo tema. JOEL: Ok, �Cu�l es ese tema? LOURDES: Quiero que me cuentes de ti, as� como lo he hecho de m�. �Est�s con pareja? JOEL: Pues s�. Lo estoy LOURDES: �Es Maribel? JOEL: S�. Es ella. �As� que yo soy el brujo? Dime como lo supiste. No creo que los mellizos te lo hayan contado. LOURDES: No, son muy discretos. Simplemente sum� dos m�s dos. JOEL: A ver cu�ntame. LOURDES: Mi hermana Bernardita los vio un d�a en la ma�ana bien temprano, al parecer en un lugar donde toman desayuno. Ella iba en auto, y se detuvo por el taco. Y vio que dentro del restaurant se estaban abrazando, muy acaramelados. Despu�s de eso se fueron caminando, separados. Iban al trabajo con toda seguridad. Bernardita no conoce a Maribel, pero le llam� la atenci�n lo alta que era la mujer con la que estabas, incluso m�s alta que t�. JOEL: Es m�s alta que yo. Mide uno noventa. LOURDES: Lo segundo fue el otro d�a cuando nos juntamos t� y yo a un caf�, para ponernos de acuerdo para lo del divorcio. Te paraste al ba�o, dejaste el celular, y justo empez� a sonar. La pantalla mostraba que quien llamaba era Maribel. Entonces, fue sumar dos m�s dos. JOEL: Claro, recuerdo que despu�s de haber estado contigo encontr� una llamada perdida de ella. LOURDES: Bien. Est� todo claro. No es la idea que seamos parejas amigas, pero que nos comportemos civilizadamente. Los mellizos nos van a tener contactados de por vida. JOEL: Si finalmente no funcionamos como esposos, creo que como exesposos podemos funcionar bien. LOURDES: Tienes raz�n. Esperemos que as� sea. Por ejemplo, si el d�a de ma�ana los mellizos quieren celebrar su cumplea�os, quiero que est� Pedro Pablo en la casa, y que vengas t� con Maribel. JOEL: Estoy cien por ciento de acuerdo. Va ser lo mejor para todos. LOURDES: Bien. Me alegra que nos hayamos puesto de acuerdo. JOEL: D�jame decirte que has estado genial con esta conversaci�n. Fue muy positiva la iniciativa tuya de tenerla. LOURDES (sonr�e): Gracias. JOEL: Una �ltima cosa. Se me acaba de ocurrir una idea. LOURDES: Claro, dime. JOEL: Ya que PPK est� tan agradecido porque me separ� de ti, nos pod�a regalar una cena para dos en su restaurante. Y as� podr�a conocerlo, e ir�a con Maribel. Ella mir� a Joel. Se qued� pensativa unos instantes. LOURDES: �Sabes? No es mala idea. Se lo voy a proponer. Esa misma noche, Joel le cont� de la conversaci�n con Lourdes a Maribel. Ella la encontr� positiva y encontr� que todos se sacaban un peso de encima, incluso ella misma. HECHOS POSTERIORES A la semana siguiente, Maribel y Joel fueron invitados a una degustaci�n de comida peruana que se hizo en el restaurante de PPK. Sirvi� para que todos se conocieran. Estuvo agradable en general. Hubo encuentros inesperados con ciertas personas, pero eso es otra historia. Maribel y Joel siguieron emparejados, y empezaron a salir ocasionalmente con Bel�n, la hija de Maribel. Otras veces lo hac�an con Ignacio y Nicol�s, los mellizos. A Joel le gustaba mucho la fuerza de ella, y empezaron a probarla en la intimidad. Tomaron la costumbre de luchar y de hacer cargadas. Tambi�n retomaron el b�squetbol y fueron a Concepci�n, donde jugaron partidos amistosos. Varios de esos temas se conocen en pr�ximas partes.