La Catira II. La historia de una rubia estudiante universitaria que se transforma en una verdadera heroína para su novio. Por El Bohemio de Caracas. Segunda Parte: La Demostración. Transcurría ya el mes de diciembre de 1998. Dos meses y medio habían pasado ya desde el inicio de las clases. Era lunes por la mañana y Carlos ya se había despertado. Cuando abrió los ojos y terminó de despabilarse del sueño, en lo primero que pensó fue en el episodio que vivió en el parque el día anterior. Y automáticamente veía el rostro de Norelys, aquella catira linda, compañera suya de la universidad de la cual se quedó prendado. Sintió que el sentimiento podría ser mutuo, así que se levantó muy animado y alegre para ir a ducharse, comer e irse a clases. En el baño, mientras caía el agua sobre su atlética humanidad, volvió a recordar los ejercicios que Norelys ejecutaba en las barras, la forma como los hacía, el esfuerzo que ella ponía, la tensión de sus músculos mientras éstos trabajaban, la belleza de su rostro que contrastaba con un cuerpo de atleta muy bien formado... hasta que finalmente volvió a recordar las miradas que ella le dispensaba con esos lindos ojos de color miel. Primero recordó la cariñosa expresión de su rostro cuando se despidieron, pero luego visualizó la mirada sensual con que ella lo veía mientras realizaba sus ejercicios. Inmediatamente Carlos se excitó y de inmediato empezó a satisfacer ese deseo por Norelys. - AAHHH, NORELYS... MI CATIRA... ERES TODA UNA CAMPEONA- pensaba Carlos en su placentera ducha mientras imaginaba ya una fantasía amorosa y erótica con ella. Pero luego en esa escena de sus pensamientos, inconscientemente se la imaginó a ella dominándolo con sus poderosos músculos en una especie de lucha erótica. Allí Carlos eyaculó y entre sus jadeos se preguntó por qué recreó esa última parte. Se quedó pensativo, pero sintió un placer divino que no había tenido en mucho tiempo. Finalmente salió del baño, se vistió y desayunó para enfilar, ya livianito, hacia la universidad. Definitivamente estaba de muy buen humor, había estado escuchando una canción que le gustaba mucho y empezó a caminar tarareándola una y mil veces. Llegó a la estación del Metro, pero allí, justamente cuando se aprestaba a bajar las escaleras, vio cómo se formó un tumulto; empezó a escuchar gritos e insultos:- ¡PERRA, TE VOY A JODER! ¡MALDITA YA VAS A VER LO QUE TE VA A PASAR!- Carlos se detuvo y contempló como en las afueras de la estación dos mujeres se daban golpes y trompadas en plena vía pública. La que profería esos gritos e insultos era una mujer corpulenta que la había emprendido a golpes con una muchacha un poco más bajita y delgada que lucía impotente ante la corpulencia de su rival, propinándole ésta toda clase de golpes en su cuerpo. Carlos y todos los demás presentes quedaron sorprendidos por la forma como la gorda giraba las manos, como lanzaba golpes a su contrincante con una rara habilidad para conectarlos en su rostro y estómago. No tendría un estilo definido para boxear, pero sabía como golpear a su rival, como si fuera un hombre... La chica delgada estaba indefensa y unos caballeros presentes debieron intervenir para que la voluminosa mujer no la siguiera castigando de manera inmisericorde. Luego de que dos señores contuvieron a la gorda con mucha dificultad, otros auxiliaron a la otra chica, quien quedó seriamente golpeada, sollozando adolorida, pues se le cerró un ojo y presentaba corte en los labios. - ESTO ES PARA QUE APRENDAS A RESPETARME, ¡DESGRACIADA!- le gritaba la gorda, quien le pidió a los dos hombres que la soltaran, éstos le dijeron que se calmara, pero no la dejaban libre, haciendo enojarla aún más y ésta, con un movimiento y esfuerzo que dejó boquiabiertos a los espectadores que presenciaban ese improvisado espectáculo pugilístisco, logró safarse de sus dos captores, quienes fueron a dar al suelo... la gorda, aparte de saber lanzar golpes, tenía una fuerza descomunal.- YA SABES ¡NO REGRESES AL BARRIO PORQUE VOY A TERMINAR LO QUE ACABO DE EMPEZAR CONTIGO! ¡TERMINARÉ DE MOLERTE SI VUELVES!- acto seguido la corpulenta mujer huyó del lugar en medio de la indignación de unos y del asombro de otros, estando Carlos entre estos últimos. Carlos vio cuando trasladaban a la flaca al interior de la estación para que el personal la atendiera en espera de que llegara una ambulancia. Estaba llorando y su rostro y ropas quedaron rotos. Un ojo lo tenía cerrado, sangraba por la boca y también de su nariz comenzó a manar sangre. Se llevó las manos a un costado, quejándose y uno de los operadores de la estación, que sabía de primeros auxilios, determinó que tendría no una sino dos o tres costillas fracturadas. De verdad la pobre muchacha quedó en un estado muy lamentable. -¿QUIEN FUE EL HIJO DE PERRA QUE LE HIZO ESTA VAINA A ESTA POBRE MUCHACHA?- preguntó uno de los encargados de la estación. - OTRA MUCHACHA- le contestó uno de los que ayudó a la chica delgada. - ERA GORDA, PERO PARECÍA UN HOMBRE PELEANDO- dijo otro. Carlos no se quedó en el sitio y siguió rumbo al interior de la estación para tomar el tren. Por quedarse viendo esa pelea, llegaría unos 15 minutos tarde a clases. Eran las siete y cuarto de la mañana, en el vagón algunos de los presentes comentaban el incidente. -LA VAINA ERA INJUSTA, LA GORDA ERA UNA MUJER MUY GRANDE Y FUERTE PARA ESA CARAJITA, CHICO- le decía uno a su acompañante. Otro intervino recordando esto- ¿VIERON COMO LA CARAJA SE DESHIZO DE LOS TIPOS QUE LA TENÍAN AGARRADA? ¡SÍ QUE ERA FUERTE! LA FLAQUITA QUEDÓ EN MUY MAL ESTADO, LA POBRE RECIBIÓ UNA GOLPIZA BESTIAL- y otro intervino- NO ME METO CON UNA CARAJA ASÍ. NOOOO QUE VA ¡ZAPE GATO!- Carlos pensaba en la gorda, observó que la misma no era una gorda adiposa, sino más bien una tipa corpulenta, con un físico propio de una mujer que practica halterofilia, levantamiento de pesas. Era bastante hábil lanzando golpes, los conectaba en la humanidad de la pobre flaca con tal precisión que pensó que era boxeadora - AUNQUE LANZABA MANOTAZOS, COMO SI FUERA UNA VERSIÓN FEMENINA DE GEORGE FOREMAN- pensó él. Finalmente llegó a la universidad, lo hizo tarde, pidió permiso al profesor para que lo dejara pasar, este accedió no sin antes llamarle la atención. Fue y se sentó donde Mario, Simón y Jhonny, sentándose cómodamente puesto que la clase ya había avanzado. Vio a Norelys, con su atuendo habitual, quien lo saludó mientras iba a sentarse. La clase pasó y cuando terminó, los muchachos le preguntaron qué le había pasado que se retrasó. Fue cuando Carlos empezó a contarles lo que vio camino a clases. - ESO DEBIÓ HABER ESTADO HEAVY, SEÑORES- dijo Jhonny. En ese momento se acercaron Rosalía, Carmen y Norelys a saludar a Carlos... cuando la catira lo besó, Carlos sintió como se le aceleraba el pulso mientras esta le preguntaba con voz inusualmente dulce -¿CÓMO LA PASASTE, AMIGUITO?-. Ella de inmediato tomó la mano de él y le dijo - VEN ACOMPÁÑAME UN MOMENTO- saliendo ambos del salón. Se dirigieron rumbo a la cantina y la rubia le dijo- NECESITO UN FAVOR TUYO, CARLOS-. - A VER ¿QUÉ SERÁ?- preguntó su amigo. - NO LE COMENTES A NADIE LO DE AYER ¿ENTIENDES? NO QUIERO QUE LOS DEMÁS SEPAN QUIEN SOY, COMO SOY- Carlos se quedó extrañado y ripostó -¿NO QUIEREN QUE VEAN COMO ERES-, -NO- respondió Norelys.- CARLOS, YA LLEGARÁ EL MOMENTO, PERO POR AHORA NO LES DIGAS QUE ME VISTE TAL CUAL COMO SOY. POR FAVOR, AMIGUITO.- y volvió a besarlo en la mejilla con mucha ternura. Las miradas comenzaron a hacerse más amorosas, Carlos veía el brillo de los ojos de Norelys, mientras que esta notó como centelleaban los de su amigo. Tomados de la mano, fueron a la cantina, Él compró lo que sería su desayuno, mientras Norelys solo compró un yogurt- ES QUE DESAYUNÉ ANTES DE SALIR-. - DESAYUNAS BIEN TEMPRANO ENTONCES- dijo Carlos - SIEMPRE LO HAGO- contestó la catira, quien preguntó - CARLOS ¿VAS A HACER ALGO ESTA TARDE?- respondió,- BUENO, SI NO MANDAN TAREAS,NADA ¿POR?-,- TE INVITO ESTA TARDE A QUE VENGAS AL GIMNASIO, ES QUE HOY DEBO HACER UNA DILIGENCIA SALIENDO DE CLASES Y SOLO TENDRE TIEMPO PARA ENTRENAR DESPUES DE LAS CINCO ¿PUEDES VENIR?-,-SI, ESTÁ BIEN, VENDRÉ, ASÍ HAYA TAREAS POR HACER- respondió Carlos, guiñándole un ojo. Así pasó ese día de clases. Se hicieron las doce y media del mediodía, hora de salida y Norelys se fue como siempre, rauda, mientras que Carlos fue a la biblioteca a retirar unos libros y luego se fue a su casa a almorzar. Pasó el tiempo y ya eran las cuatro y media. Carlos estaba en su casa terminando de adelantar algunas tareas y repasando los apuntes; estaba tan concentrado que no se había fijado en la hora, cuando por casi un acto reflejo miró el reloj. -¡COÑO! FALTAN 25 PARA LAS CINCO- y se apresuró a vestirse, como la cita era en el gimnasio nuestro protagonista creyó pertinente ir vestido como deportista: se puso un short, zapatos de goma, una franela de fútbol y un mono. Volvió a llegar tarde a la universidad, como en la mañana, aunque esta vez era justificable. Se dirigió a la facultad de medicina y enfiló al gimnasio. Ya estaba la catira haciendo su rutina, esta vez estaba haciendo pesas. Carlos habló con el encargado para avisarle que iba a entrenar y este le dio permiso. Busco a Norelys, se saludaron e inmediato empezaron a conversar. -ME ALEGRO QUE ESTÉS AQUÍ, CARLITOS- dijo Norelys. -BUENO ¿Y AHORA?- Preguntó Carlos, -¿QUIERES HACER EJERCICIOS? Interrogó Norelys, -BUENO... NO HE CALENTADO, ESPÉRAME-. Carlos hizo unos ejercicios de estiramiento durante diez minutos, una vez terminado se dirigió a una máquina de multifuerza para ejercitar las piernas. -VERÉ SI PUEDO LEVANTAR LAS MISMAS BARRAS QUE NORELYS- pensó Carlos, convencido de que iba a ser fácil. ¿Fácil? Carlos había puesto las mismas ocho barras que ella utilizó en su momento, pero no pudo siquiera moverse. Consternado, volvió a intentarlo y que va... no podía; era mucho peso para él. -NO PUEDE SER, SE SUPONE QUE TENGO LAS PIERNAS FUERTES- pensó nuestro amigo, creyendo que la práctica de balompié le había fortalecido sus extremidades inferiores. En realidad tenía las piernas delgadas, pero torneadas por la actividad deportiva, amén de haber practicado natación, pero nunca se había preocupado en fortalecerlas. Se levantó para quitar una barra, pero no resultó, todavía era demasiado peso para él. Finalmente decidió colocar cinco y empezó a levantar, aunque con mucha dificultad. Norelys lo había estado observando, y estaba riéndose en silencio al ver a su amigo haciendo todo ese movimiento para levantar unas barras que ella alzaba con facilidad. Terminó de hacer su rutina con las mancuernas y se acercó a Carlos para ver lo que pasaba.- ¿TE AYUDO- preguntó la catira. -¡AH! OYE, ESTO ESTÁ MUY PESADO. - ¿ES LA PRIMERA VEZ QUE HACES ESTO?- interrogó Norelys -PUES SÍ, NUNCA ME HE EJERCITADO DE ESTA MANERA- respondió su compañero. -ENTONCES NECESITAS UN INSTRUCTOR-, - ME ECANTARÍA MUCHO QUE FUESES TÚ, CATIRITA LINDA- le soltó Carlos, haciendo sonrojar y sonreír a Norelys, pero después prosiguió -PERO PRIMERO DEBO CUADRAR ALGUNAS COSAS PARA DEDICARME A ESTO, TÚ SABES UNO TIENE OTRAS ACTIVIDADES- le recalcó, a lo que Norelys respondió afirmativamente moviendo la cabeza, aunque por dentro sentía un poco de tristeza por la aclaratoria que le hacía Carlos, pues era válida.- TIENES RAZÓN, CUADRA PRIMERO TUS ACTIVIDADES EN EL DIA Y DESPUÉS TE INSCRIBES AQUÍ, SI QUIERES, PERO YA QUE ESTÁS AQUÍ TE DARÉ UNA INTRODUCCIÓN DE ESTO. PARA EMPEZAR, DEBES SIEMPRE COMENZAR TUS RUTINAS CON EL MENOR PESO POSIBLE, EN LA MEDIDA QUE AVANCES EN EL TIEMPO AUMENTA LOS PESOS GRADUALMENTE. IGUAL CON LAS REPETICIONES EN LAS BARRAS...- Y así la catira continuó dándole una breve instrucción acerca de cómo debe hacer Carlos los ejercicios, éste prestaba atención a sus palabras, pero no dejaba de mirarla siempre a los ojos, esos encantadores ojos color miel de la catira, que reflejaban cierto brillo cada vez que miraba a su compañero y amigo. Pasó el tiempo nuestros protagonistas hacían sus respectivos ejercicios, Carlos como novato levantando poco peso, mientras Norelys como consumada levantadora de pesas que era, hacía rutinas con formidables pesos y con muchas repeticiones. En la hora que estuvieron en el gym, Carlos apreció la fortaleza y vigor de su catira linda, como la llamaba, en cierta dimensión. Veía como alzaba grandes pesas y en prolongadas repeticiones. Presenció como levantaba más de 150 kg. en sentadillas, los cuales alzó en diez repeticiones. Todas las rutinas que ella hizo fueron una demostración impresionante de fuerza, de la cual Carlos disfrutó plenamente, incluso cuando ella hacía ejercicios con las macuernas, específicamente los curls para los bíceps, él se excitaba, llegó a tener una erección... aunque esta vez Norelys no lo miraba como el día anterior, pues se aplicaba con toda atención y concentración en lo suyo. Carlos decidió guardarse los piropos para cuando salieran del gimnasio...la fuerza y potencia de la rubia lo habían encantado. Lo único que lamentaba nuestro amigo era que Norelys siempre andaba vestida de manera holgada y esa tarde no era la excepción. La catira lucía otro conjunto deportivo igualmente ancho, aunque ya Carlos le había visto parte de su físico desde la cintura para arriba. Sólo se preguntaba -¿CUÁNDO LE VERÉ LAS PIERNAS A ELLA? DEFINITIVAMENTE ES MUY FUERTE, LEVANTÓ MAS DE CIEN KILOS EN SENTADILLAS Y YO NO PUDE NI MOVER LAS OCHO BARRITAS QUE ELLA ALZABA EL OTRO DÍA- Carlos imaginaba las piernas de la rubia como un par de columnas hermosamente torneadas. Ya eran pasadas las seis cuando Norelys le avisó a Carlos - YA TERMINÉ- entonces se sentaron un rato para descansar y luego la catira se dirigió al locker donde había guardado su bolso para recogerlo. Carlos no se había llevado nada salvo su cartera. Norelys se dirigió a las duchas- ESPÉRAME CARLOS QUE NO ME TARDO-, -OK- le contestó su amigo. Norelys estaba duchándose mientras se lamentaba que Carlos no le hubiera asegurado su compañía en el gimnasio en el futuro- CÓNCHALE, VALE- se decía a sí misma - ESPERO QUE SE DÉ CUENTA QUE LO NECESITA, AUNQUE PARA MÍ SERÍA MARAVILLOSO TENERLO A MI LADO-. Tenía la esperanza de que Carlos finalmente se decantara por estar con ella haciendo ejercicios pues sabía que él gustaba de ella, pero se dio cuenta que era un chamo serio, pues le dio una explicación mas o menos convincente para no tomar la alternativa de inmediato, aunque eso denotara una falta de astucia y sagacidad de su parte, así como cierta dosis de duda. Todo eso lo pensó pero tenía el presentimiento de que no estaría con ella por pura tiradera de físico, por exhibirla a ella -SE VE QUE TIENE BUENOS SENTIMIENTOS. PERO BUENO... AMANECERÁ Y VEREMOS, AUNQUE LE VOY A DAR UNA SORPRESA EN LO QUE SALGA- Y la catira se tocaba su cuerpo mientras el agua caía sobre ella. Transcurrieron unos 20 minutos y Carlos ya estaba impaciente -¿CUANDO SALDRÁ?- se moría por estar con ella camino a casa para aprovechar de decirle lo que siente. Mientras, se distraía viendo a los demás estudiantes y algunos profesores hacer sus rutinas, cuando la voz de Norelys lo llamó -¡CARLOS!- entonces volteó para ver una imagen inédita de su querida rubia: Norelys andaba con el cabello suelto, con una camisa manga larga y unos pantalones ¡pegados al cuerpo! Calzando unos zapatos de tacón mediano... los pantalones causaron impacto en Carlos y también en los demás presentes, quienes pararon los ejercicios para contemplar a la fémina que iba a irse acompañada por el futbolista de sala. Carlos quedó asombrado porque, a pesar de no verle las piernas, los pantalones estaban tan ceñidos que permitían apreciar los contornos de las mismas casi de manera reveladora. Norelys era poseedora de unas tremendamente gruesas y torneadas piernas. Y como era alta, la imagen que ofreció era la de una hembra imponente, por lo que uno de los estudiantes le dijo a otro- ESA CARAJA DEBE MEDIR MAS DE UN METRO OCHENTA DE ALTO- mientras que un haltera soltaba- ESTÁ BIEN BUENA ESA CATIRA-, - ¿BUENA? ¡BUENÍSIMA!- exclamó uno de los profesores que se encontraba entrenando. Y Carlos estaba boquiabierto, su capacidad de asombro definitivamente no conocía límites. -¡DIOS MÍO! ¡ESTA CATIRA ESTÁ PODRIDA DE BUENA! ¡QUE LINDA ES NORELYS! ¡SE GASTA UN CUERPAZO!- Esos pantalones también le despejaron una incógnita a nuestro protagonista, Norelys tiene las caderas esbeltas, pues se trataba de una figura estilizada por el ejercicio constante. Con su caminar cadencioso Norelys, consciente del revuelo que causó entre los presentes, abordó de inmediato a Carlos y le conminó para que se retiraran rápidamente, a lo que su amigo accedió. Cuando ambos cruzaban el umbral de la puerta, se escucharon esos silbidos tradicionales con los que siempre los hombres saludan a una mujer atractiva, aunque muchas veces las mujeres saludan así a un varón que les llame la atención. Norelys se sonrojó, miró a Carlos con una sonrisa, mientras que éste se sentía un poco incómodo, pues, ya consideraba suya a la catira, por lo que muy adentro de su corazón sintió algo de celos. Comenzaron su camino de salida de la facultad y ambos estaban ya un poco más cómodos, aunque Norelys todavía se sentía un poco cortada por al alboroto que causó. Y era inevitable que en los pasillos de la universidad la gente se le quedaba mirando, sobretodo los hombres, puesto que el pantalón llamaba mucho la atención. Pero aún así, Carlos logró controlar esa sensación de incomodidad al cambiarlo por el orgullo de tener a su lado a semejante hembra, aunque ese no era su interés verdadero por ella. En la medida que caminaban los dos empezaron a soltarse más a conversar, pero Carlos tomó la iniciativa, así que empezó a piropearla -OYE NORELYS, ¿DE DONDE SACASTE ESE PANTALÓN QUE SE VE BIEN BUENO?- comenzó con una frase irónica que hizo reír a Norelys -LO COMPRÉ EN EL MERCADO DEL CEMENTERIO, ME SALIO BARATO JA, JA, JA- , -YA VEO- diría Carlos con una sonrisa. Él no dejaba de contemplar sus piernas. Sus muslos estaban bien torneados y se veían marcados, sus pantorrillas estaban abultadas, proporcionando a la catira una silueta que provocaba deseos entre los hombres y envidia entre las mujeres. -CHAMA, CON ESA FIGURA TAN ESPECTACULAR QUE TIENES ¿POR QUÉ TE EMPEÑAS EN OCULTARLA- fue una pregunta que hizo reaccionar a la catira, quien de inmediato le dijo: - VÁMONOS POR ESTE LADO- señalando otro camino pues se dirigían rumbo a la escuela de administración, donde ellos estudiaban, y la catira intuyó que a esa hora todavía habría gente que los conocían. Así que decidieron tomar otra vía, caminando por la escuela de química, que está contigua a la sede de la carrera de administración. - OYE Carlos ¿ESTÁS APURADO?- preguntó Norelys, -NO, NO ESTOY INTERESADO EN LLEGAR A MI CASA TEMPRANO HOY- respondió Carlos mirándola de arriba abajo, sonriéndole a la catira quien también hacía lo mismo. Ya alejados de su escuela, la catira se sintió un poco más tranquila y con una mirada tierna, le dijo a su compañero y amigo -TU TAMBIÉN TIENES BUENAS PIERNAS, CARLOS, SE VEN FUERTES TAMBIÉN-. Ante semejante cumplido, Carlos atinó a sonreír y decirle. -PERO NO TANTO COMO LAS TUYAS, NORELYS, TU TE GASTAS UNAS PIERNAS MUY FUERTES Y NO SOLO ESO, TAMBIÉN SON MUY BELLAS, COMO TODA TÚ. ERES UNA PERSONA MUY LINDA, TANTO FÍSICA COMO ESPIRITUALMENTE. ERES UNA GRAN COMPAÑERA... Y UNA GRAN AMIGA TAMBIÉN- La conversación se tornó tierna, como cuando dos enamorados se están conociendo. Poco a poco Norelys y Carlos fueron endulzándose el uno al otro con piropos mutuos, recordando su encuentro dominical. Salieron de la escuela, Carlos le preguntó a la catira que camino iba a tomar -YO PENSABA INVITARTE A UN CAFÉ- le respondió Norelys, sorprendiendo a Carlos que no esperaba tales palabras. -BUENO, SI ASÍ LOS DESEAS, VAMOS, YO INVITO Y PAGO, RECUERDA QUE SOY UN CABALLERO, SEGÚN UNA DAMA QUE YO CONOZCO...- -¡ESTA BIEN!, ¡ESTA BIEN!- dijo Norelys, recordando lo que le había dicho acerca de que los caballeros no espían a las damas. Así que se dirigieron a un cafetín cercano y allí se sentaron a conversar. Hablaron de todos los temas, de las clases, del ambiente que había en su salón de clases. Hablaron de las perspectivas que tienen para con la carrera que estaban estudiando, así como sus proyectos en el futuro. Carlos habló de sus inicios en el fútbol sala, del tiempo que tiene practicando esa disciplina. Allí aprovechó para preguntarle a su catira compañera el por qué ella siempre iba vestida con ropas holgadas. -LLAMO MUCHO LA ATENCIÓN, ESO ES EVIDENTE ¿NO TE DISTE CUENTA MIENTRAS SALIAMOS DEL GIMNASIO?, ESO ES ALGO QUE YO TENGO, NO ME GUSTA QUE LA GENTE ME OBSERVE TANTO- Carlos volvió a preguntar -Y ENTONCES ¿POR QUÉ DECIDISTE PRACTICAR CON LAS PESAS SABIENDO LO QUE ELLAS TE IBAN A PROPORCIONAR?- , -SOLO QUERÍA SER UN POCO MAS FUERTE. ESO ES TODO- Carlos comentó - LO QUE PASA ES QUE UN DÍA TE QUERÍA HABLAR DE DEPORTES, PERO TU PREFERISTE CAMBIAR EL TEMA, ES QUE ESE COMENTARIO TE LO IBA A HACER DEBIDO A QUE, A PESAR DE ESCONDER TU HUMANIDAD, YO NOTABA ALGO EN TI. QUERÍA SABER QUÉ ERA, PERO YA ENCONTRÉ LA RESPUESTA, TARDO DOS DÍAS PERO VALIO LA PENA-. Norelys preguntó -¿Y QUE ENCONTRASTE?-. -A UNA MUJER HERMOSA LLAMADA NORELYS. Y así pasaron los minutos, ya había mucha química entre ambos. Se hicieron las ocho de la noche y Norelys dijo -OYE CARLOS, YA SON LAS OCHO, HAY QUE PARARSE TEMPRANO MAÑANA-, -SI, TIENES RAZÓN- respondió Carlos; así que pagó la cuenta como lo había prometido y empezaron a caminar hacia la estación del Metro, saliendo ya del campus universitario. La estación quedaba un poco retirada de la universidad; una de sus entradas estaba ubicada al finalizar el puente de un distribuidor que conecta con la autopista. Había que cruzar ese puente y caminar luego unas tres cuadras. Era más lejana con respecto a la que habitualmente tomaban los muchachos de administración, la cual está ubicada justo al lado de la otra entrada. Pero Carlos y Norelys estaban en el otro extremo de la universidad y no les quedaba otra alternativa sino la salida del puente, que a esa hora se encontraba solo, no había mucha gente transitándolo, con el agravante de que tenía poca iluminación, tornándose un poco peligroso caminar por allí. Pero nuestros protagonistas estaban teniendo un encuentro que ya tenía visos de romanticismo y caminaban despacio, como si no quisieran llegar a la estación y separarse tomando cada uno sus respectivos caminos a casa. Inconscientemente ambos se arriesgaron a tomar esa ruta. Mientras ellos conversaban, no se daban cuenta que dos personas los estaban siguiendo. Eran dos delincuentes que andaban por los alrededores del puente en busca de potenciales víctimas a quienes asaltar, como dos depredadores que estaban cazando a sus presas. Vieron a nuestros personajes cruzar el puente y se percataron que eran las únicas personas, además de ellos, que estaban en un radio de unos 300 metros; el sitio estaba inusualmente solitario para la hora, que eran las ocho y cuarto de la noche de un día lunes. Vieron propicia la oportunidad, esperaron escondidos entre unos árboles a que nuestros personajes pasaran y avanzaron detrás de ellos. Uno de los hampones era moreno y delgado, portaba un cuchillo, y con notable habilidad, se acercó sigilosamente a nuestros amigos, quienes no se percataron de su presencia, pues, ademas de estar charlando animadamente, el malandro calzaba zapatos de goma y se desplazaba en puntillas, sin que sus pisadas hicieran el menor ruido, además de la oscuridad reinante en el sitio, en donde ni siquiera transitaban los carros en ese momento, salvo por debajo, en la autopista. El hampón estudió rápidamente la situación y decidió atacar a Norelys por ser mujer, supuestamente una presa más fácil de dominar, y bajo amenaza de muerte conminar al hombre a que entregara sus pertenencias. Así lo pensó y rápidamente actuó, rodeando el cuello de Norelys con un brazo y con el otro ponerle el cuchillo en un costado, a la altura de su hígado. El ataque los tomó por sorpresa. -¡QUIETO, CHAMO!, SI TE PONES COMICO LA JEVA SE MUERE, ENTREGUEN TODO LO QUE TENGAN, ¡VAMOS!- gritó el antisocial en su particular jerga de delincuente. Norelys se quedó quieta mientras que Carlos, en medio del nerviosismo, estaba pensando si sacar su cartera y entregar el dinero o ayudar a Norelys con el consabido riesgo que supone tal opción. Ambos sintieron un aire frío y la tensión se apoderó de ellos. Entonces llegó el otro antisocial, le quitó el bolso a Norelys, quien permanecía quieta, sometida por el primer asaltante; lo revisó, tomó las prendas que consideraba de valor y se dirigió a Carlos- LA CARTERA Y LOS REALES, MANO, ¡RÁPIDO!- le ordenó el antisocial, que era más corpulento que el otro. Lo habían planeado ien los delincuentes. El moreno delgado iba a someter a la mujer mientras que el otro, un negro mas alto y corpulento que se veía más peligroso, se encargaría de Carlos. Lo que no tuvieron en cuenta era la reacción que tendría Norelys ante el asalto y su correspondiente respuesta. Mientras Carlos titubeaba, Norelys, sin perder la calma y con sumo cuidado se movió hacia un lado, calculando algo, aunque el hampón apretaba mas la llave que le aplicaba a su cuello diciendo - QUIETA, MAMITA, TRANQUILA, QUE ESTAS BIEN BUENA-. Siguió diciéndole cosas, pues el ladrón vio que era atractiva, y empezó a usar palabras más ofensivas, haciendo enojar a Norelys, que aparentaba estar tranquila, aunque por dentro se recuperó de la sorpresa del asalto y del miedo pasó a la más fría y calculadora tranquilidad. Notó que el ladrón tenía la misma estatura de ella, así que calculó el tipo de golpe que le iba a propinar. Entonces, la expresión de su rostro cambió; de ser la de una dama indefensa y asustada, su mirada se tornó sombría. Carlos apenas lo notó, pues estaba ocupado tratando de lidiar con el otro antisocial; diciendole que no tenían mucho dinero que darles, sacaba monedas y billetes de sus bolsillos, quitándose el reloj y por último trataba de sacar dinero de la cartera, ante la presión psicológica del hampón quien empezó a enojarse - ¡BUENO, CHAMO! ¡APURATE QUE NO TENGO TODA LA NOCHE!- , -PANA, CÁLMATE QUE NO SOMOS RICOS- le respondía un nervioso Carlos. El tipo revisaba y decía - NO JODA ¿ESTO ES TODO LO QUE TU TIENES?- y empezó a insultarlo, sacando una navaja. -ENTRÉGALO TODO O LOS COSEMOS A PUÑALADAS A TI Y A LA CHAMA-. La situación estaba a punto de salirse de control debido a los nervios de Carlos, cuando este por fin miró la cara de Norelys. Pensó que estaba asustada pero no. Ella lo estaba mirando fijamente con otra expresión en sus ojos. Estaba seria, eso sí, pero de repente lo miró con sensualidad, aunque esta vez era diferente a la del domingo, estaba como tratando de avisarle para que se prepare pero ¿de qué?. Entonces Carlos intuyó que algo iba a pasar. Todo esto transcurría en cuestión de segundos. Y sucedió. Norelys, habiéndose acomodado sus piernas y haciendo acopio de una gran concentración mental, enseguida alzó su pierna izquierda con repentina velocidad y a la vez totalmente estirada, de manera que la punta de la bota fue a dar a la nariz del ladrón con tal fuerza que se la rompió, haciendo este que soltara el cuchillo que cayó al piso. Ese movimiento sorprendió a Carlos debido a su espectacularidad, demostrando Norelys que su cuerpo también era flexible. Después de la patada, la catira le dio un codazo en el estómago al ladrón; a continuación liberó su cuello del otro brazo del antisocial, se lo tomó e hizo una palanca dislocándole el hombro, provocando un gran dolor en el hampón, haciéndole gritar. Ese momento lo aprovechó Carlos, quien se le fue encima al otro delincuente que se volteó a ver la escena. Le tomó la mano que sostenía la navaja y empezó a forcejear con él, tratando de desarmarlo. Pero el delincuente era muy fuerte haciéndole las cosas más difíciles. Carlos logró hacer que el tipo soltara la navaja, pero el malandro le pegó un recto de derecha en el rostro y así empezó una pelea a golpes entre los dos. Lamentablemente para Carlos, el tipo además de fornido, sabía girar las manos y comenzó a castigarlo con buenos golpes. Norelys, después de palanquearle el brazo a su oponente, todavía lo tenía tomado; le propinó un rodillazo a su estómago y luego le dio un gancho de derecha que lo alejó unos tres metros de ella. El tipo no cayó al piso, estaba muy adolorido por el golpe en la nariz, con el hombro dislocado y poco aire en los pulmones debido al rodillazo recibido, además de no lograr salir del estupor que le causó la acción valiente de la catira. Esta lo vio de pié, y como estaba algo alejada decidió tomar un poco de impulso, para correr hacia él y seguidamente saltó para propinarle una impresionante patada voladora. Genuinamente voladora, porque Norelys literalmente voló en el aire, en donde tensó con todas sus fuerzas la pierna derecha que fue a dar contra la cabeza del antisocial, quien se dolía del hombro y la nariz. El muslo y la pantorrilla de esa pierna de Norelys se tornaron rocosos por la tensión que éstos recogían de todo el cuerpo de la catira, para imprimirle a la patada una fuerza que sería devastadora, derribando al atracador para definitivamente dejarlo fuera de combate, desmayado en el suelo. Entonces Norelys dirigió su mirada a donde Carlos, a quien vio luchando contra un rival más grande y más corpulento. Carlos sabía defenderse, pero la habilidad del ladrón era superior y lo tenía acorralado contra una de las defensas del puente. Para horror de Norelys, ella vio como el atracador cambió su forma de pelear; del pugilato pasó a la lucha y dominó con una llave a Carlos y lo estaba levantando: iba a arrojarlo del puente, a la autopista. Carlos luchaba con todas sus fuerzas pero el hampón lo tenía bien agarrado. -¡ESTO ES POR DÁRTELAS DE HÉROE, CARAJITO! Le decía el atracador. Justo cuando medio cuerpo de Carlos estaba ya colgando de la defensa hacia fuera, el hampón sintió un brazo musculoso rodearle el cuello. Pensó que a lo mejor había venido un hombre en auxilio de los muchachos, por lo que se preparó para pelear con un rival más fuerte, pero cual sería su sorpresa cuando escuchó la voz alterada de una mujer decirle en el oído. -¡SUÉLTALO, MALDITO HIJO DE...!. Porque había sentido la presencia de una sola persona que forcejeaba con él. Entonces se echó para atrás, soltando a Carlos y se dispuso a forcejear con su inesperado contrincante; notando la musculatura del brazo que le aprisionaba el cuello. Entonces, volvió a oír esa misma voz - ¡DESGRACIADO! Entonces, en un esfuerzo supremo, el delincuente logró liberarse de esa llave estranguladora propinando a su rival un codazo en las costillas. Se soltó y se volvió para lanzarle un golpe, encontrándose con que el brazo musculoso que lo obligó a soltar a su víctima y que le estaba estrangulando, era el de la catira que su compañero tenía de rehén. -¡COÑO!- dijo en tono de asombro -¿ERES TU, MIJITA?- luego miró a su izquierda y vio, a unos cuantos metros mas allá, a su compañero tirado en el piso. En ese momento, Carlos aprovechó para lanzarse sobre él y ambos cayeron rodando por el suelo, pero el ladrón era más pesado y con habilidad se le puso encima y empezó a estrangularlo. -¡LO VOY A MATAR! Gritó mientras sus manos apretaban el cuello de Carlos. Entonces Norelys le grito furiosa -¡VEN Y PELEA CONMIGO, DESGRACIADO, COBARDE! ¡¿VAS A JODERLO A ÉL QUE ES MAS FLACO QUE TÚ?! ¡VEN Y PELEA CONMIGO!-. preguntó el ladrón -¿QUE ESTAS DICIENDO, CARAJITA? ¿ESTAS LOCA?-. -¡VENTE! ¡PELEA CONMIGO SI TE ATREVES, MALDITO! ¡DÉJALO!- siguió retándolo y el ladrón pensó por un momento. Después dijo a Carlos- VOY A PELEAR CON TU AMIGUITA, LA JODERÉ, DESPUES VENGO Y ACABO CONTIGO- se le dibujó una sonrisa malévola, levantándose, dejando a Carlos tosiendo en el piso, pues ya empezaba a ahogarse. -¿QUIERES PELEAR, CARAJITA?, ¿TE CREES LA MUJER MARAVILLA ACASO?- Preguntó el ladrón mientras se quitaba la franela. -VAMOS A VER DE QUÉ ESTAS HECHA, JA, JA, JA, JA- reía burlonamente, confiando totalmente que por su condición de hombre iba a darle una paliza a la catira. Norelys se preparaba para la embestida, mientras que Carlos se levantaba con dificultad contemplando incrédulo la escena. Y más asombrado se pondría cuando vio al otro antisocial tendido en el suelo. -¿QUÉ PASA CON NORELYS?- se preguntó. Norelys estaba frente a un desafío difícil, muy difícil. Continuará. Espero sus comentarios en: vene_wanderer73@hotmail.com