ANGELA 6 Por petición de muchos, continuo con la historia de la amazona de ébano y ahora tiene un encuentro con una pariente que viene a visitarla. Si hay algún comentario pueden hacerlo al correo electrónico horus256@yahoo.com. Gracias. Ángela y Jim se hicieron novios y él comenzó a llegar a la casa de ella para continuar el romance que ambos tenían siendo que fue bien acogido por la familia de Ángela en especial por su hermano menor Joseph, con quien compartía su pasión por los video juegos y la computación. Un viernes, Jim fue a la casa de Ángela, para quedarse a dormir todo el fin de semana y regresar a su casa el lunes. Él llega a las seis de la tarde y fue atendido por su novia con un fuerte abrazo y un beso estilo francés que casi lo deja sin aliento. Al ponerlo en el piso, ella se disculpo por cuanto su abuela Angeline le pidió ayuda para la cena y tenia que cumplir con cocinar un poco y ayudar en la cocina. Jim asintió con una sonrisa y vio que Joseph alistaba la consola de los video juegos para retarlo a una contienda de la más moderna versión de Mortal Kombat de la cual ambos eran expertos y habían derrotado a muchos contrincantes como entre ellos se habían apuntado victorias y derrotas. Jim tomo su control y ambos se enzarzaron en el juego ajenos a todo lo que ocurría en la casa. En la cocina Angeline, Josie y Ángela se atareaban por preparar la cena y comentaban las cosas del día entre ellas del nuevo gimnasio que Ángela había construido en la parte de atrás de la casa, como del negocio de la Abuela y las visitas de muchos hombres que quedaban prendados por la fuerza y corpulencia de Angeline, quien dominaba como de costumbre física y sexualmente a los que ingresaban al negocio y les gustaba. La conversación era muy animada y mientras preparaban la cena seguían conversando sin poner en mente que eran las ocho de la noche, hora de cenar. Cuando Ángela se disponía a llamar a su novio y hermano para que se presentaran a la mesa, sonó unos golpes en la puerta por lo que Angeline le dijo a su nieta que fuera a abrir para ver quien era. Ángela asintió y fue a la puerta principal de la casa para primero abrir la puertecita que estaba en lo alto para verificar quien era el que llamaba y al abrirla vio un rostro que la lleno de sorpresa y cerro. - ¿Qué pasa, querida? , le dijo su abuela. - ¡No lo puedo creer!. - ¿Creer que? , dijo extraña Josie. - ¡Es la tía Gertrudis!. Ante la mirada de extrañeza de su madre y su abuela, Ángela procedió a abrir la puerta en toda su extensión y en la entrada apareció una descomunal negra de casi dos metros diez de estatura, con una sonrisa amplia de dientes blancos, pelo cogido en trencitas largas y delgadas, con un cuerpo amplio y demasiado musculoso, con los músculos cortados y anchos. La recién llegada sonrió ampliamente y agito la mano en saludo, mientras que sus parientes miraban azorados. Tanto Josie como Angeline abrieron la boca en forma amplia y sus cejas se elevaron al máximo mientras que dejaron de hacer lo que estaban haciendo contemplando sorprendidas el corpachón de negra que tenían ante sus ojos. Era las tía Gertrudis, hermana de Josie y tía de Ángela, quien entro a la casa y saludo a Ángela con un abrazo que la levanto sin esfuerzo alguno del piso y eso que Ángela pesaba casi doscientas cincuenta libras de puro músculo, dándole un sonoro beso en la mejilla y luego ponerla en el piso. Su sobrina apenas creía lo que veía en sus ojos mientras que su tía con gran aspaviento corrió a saludar a su madre y su hermana. - ¿Dónde esta mi sobrino Joseph?. Pregunto la mujerona. - Esta jugando video juegos con el novio de Ángela, le dijo Josie. - ¡ Con que Ángela tiene novio! Dijo Gertrudis y amarrándole la mano a su sobrina le pido que se lo presentara. Ángela la siguió como un zombi hasta la puerta de la sala de Televisión para encontrarse con Joseph y su novio. Al pasar por el dintel de la puerta, Gertrudis, bajo la cabeza para poder ingresar al recinto donde su sobrino y Jim jugaban absortos el Mortal Kombat, y en un momento del juego, Jim volteo la cabeza hacia donde estaba la amazona y su novia y toco el hombro de Joseph, quien estaba aprovechando la pausa para tomarse un sorbo de café y al ver que era lo que señalaba su amigo, su cara de volvió pálida –color ceniza para decirlo mejor- con los ojos abiertos como platos y la taza de café se le cayo de la mano regándose por todo el pantalón. Al verlo Gertrudis esbozo su mayor sonrisa mostrando sus dientes blancos mientras se le acercaba a Joseph para saludarlo inclinándose donde él estaba sentado para levantarlo de las axilas como si fuese un bebé mientras lo elevo como a dos metros cuarenta del piso y lo sostenía con facilidad, mientras su sobrino apenas podía creer lo que veía. Gertrudis, lo beso apasionadamente en la mejilla y luego lo sostuvo por un rato en vilo como si alardeara de su fuerza, mientras que seguía sonriéndole a Joseph, con una sonrisa casi malévola, a la vez que flexionaba sus grandes brazos como si le señalara su gran fuerza y corpulencia. Satisfecha de su demostración, lo bajo a la vez, que vio a Jim quien azorado presenciaba el acto de la amazona. - Con que sos el novio de mi sobrina Ángela, le decía a la vez que se inclinaba para darle la mano derecha en saludo. Jim le tendió su mano y cuando la estrecho sintió como si estuviera saludando a un gorila, puesto que la mujerona lo sorprendió con un apretón de manos que hizo que la mano de Jim perdiera su circulación y quedara dormida. - Tienes un novio encantador, Ángela. Muy encantador. - Gracias, mascullo Ángela a la vez que comprendía la estupefacción de su novio y de su hermano. La tía Gertrudis, miro a los dos con una amplia sonrisa y sin dejar de mirar a Joseph, volvió a saludar con la mano a los dos mientras ostensiblemente se dirigía a la puerta de la sala, moviendo palmariamente sus enormes caderas y sus musculosos muslos y pantorrillas cuyos músculos se tensaron a cada paso de ella hasta la puerta y se dirigió a la cocina donde estaba su madre y hermana. Ángela la siguió también como si fuera una sonámbula. Cuando Jim y Joseph se quedaron solos, el segundo aprovecho para correr hasta su cuarto y ponerse un pantalón nuevo y volver donde estaba Jim, quien le extraño sobremanera el alto grado de asombro y miedo de su amigo, quien estaba mas nervioso de la cuenta. Al llegar Joseph, Jim no se contuvo para preguntarle. - ¿Te pasa algo?. Creo que te ves enfermo. - No es nada, solamente me sorprendió ver a mi “querida” tía. - ¿Por qué te pusiste demasiado nervioso y asustado cuando la viste?. - Después te cuento. Al decir esto, vieron que la cara de Ángela se asomo por la puerta diciéndoles que era hora de cenar. Ambos, en silencio, se fueron al comedor. En la mesa, la distribución de los comensales quedo así. Angelines, la matrona de la familia en el extremo norte; Josie, la madre de Ángela en el extremo sur, Ángela y Jim a uno de los lados y Joseph y su tía Gertrudis, en el otro. La tía, antes de aprestarse a cenar, se excuso para quitarse el abrigo de mezclilla que llevaba puesto, y al quitárselo se vio que llevaba una blusa sin mangas que marcaba en forma evidente su gran busto, que apenas la blusa contenía como de sus grandes y cortados brazos que se emergían con poder. A la par, Joseph parecía un enano diminuto. Tanto Angeline como su hija Josie y Ángela, miraban de reojo a la tía Gertrudis y no menos que se asombraban de su musculatura y tamaño como de su innegable belleza. Tanto era la inquietud como el grado de estupefacción de la familia, que Josie al momento de servir la sopa no se contuvo para decirla a su hermana. - Gert. Te vemos demasiado cambiada, ¿Cómo hiciste para tener esa asombrosa cantidad de músculos y de crecer en estatura? - Gertrudis, mientras tomaba la cuchara y la hundía en la sopa que le sirvieron y moviéndola para mezclar los ingredientes que tenia, sonrió ampliamente con sus dientes blancos a la vez que miraba a todos los presentes en la mesa. - Como ustedes saben, me dedique a la arqueología y viaje por todo el mundo, pero especialmente, recale en Sudamérica, concretamente en lo mas profundo del Amazonas, cerca de la frontera peruana-brasileña, donde estudiamos una ciudad perdida, que entre otras cosas, debajo de ella, hay un centro de energía terrestre, que provoca un aumento grande de energía en cualquier planta que se cultive allí. Como pase cerca de ocho meses allí, fue que comencé a recibir mucha energía y fuerza que me dio este cuerpo como también comencé a levantar pesas y desarrollarme. A propósito de esto, ¿No quieren ver ustedes mis bíceps?, dijo mirando a todos los presentes. Como respuesta, recibió el silencio y ella al entender como un asentimiento y sin levantarse de la mesa, irguió su espalda a la vez, que comenzó a flexionar ambos bíceps. Para asombro de todos y todas, sus dorsales comenzaron a ensancharse en forma grande y masiva formando una V enorme que se iniciaba en su pequeña y bien proporcionada cintura para abrirse ampliamente cuando llevaban hasta cada axila, su busto se emergió grandemente de su tela como dos pelotas de fútbol enormes y turgentes, cuya blusa difícilmente contenía y sus bíceps, eran formidables de manera que ambos músculos de los bíceps, se marcaban grandemente en su brazo con sus antebrazos flexionados que se veían masivos y enormes. Pasaban los minutos y la amazona seguía flexionando sus bíceps, y éstos crecieron un poco mas de lo que eran siendo que se veían al máximo de su tensión muscular. Toda la familia la miraba como si estuviera en éxtasis, en especial Joseph, quien –como testigo mas cercano de la demostración de fuerza de su tía- quedaba entre asombrado y temeroso de la potencia y fuerza que tenia la mujer que estaba a la par suya. Satisfecha de su demostración, Gertrudis, bajo los brazos y comenzó a tomar su sopa. Los demás, también hicieron lo mismo, y luego en igual forma con el plato principal. Ángela miraba de reojo a su tía y con el otro a su novio, viendo que él estaba nervioso y excitado, por lo que tenia claro que había sido turbado por la demostración de su tía a la vez que pensaba en la enorme potencia de los brazos de ella, de quien no concebía como logro su enorme musculatura. Al finalizar la cena y durante el postre, Angeline indico a los muchachos que si querían retirarse a sus habitaciones, por lo que Joseph fue el primero en levantarse y beso a su abuela como a su madre para salir del comedor. Jim lo siguió luego de besar a su novia y cortésmente se excuso con las demás pidiendo permiso para abandonar el comedor. Ante el asentimiento de todas, siguió a Joseph hasta la habitación de el y cuando entró Joseph le pidió cerrar la puerta. Cuando la cerro, Jim se sentó en el borde de la cama mientras que Joseph rebuscaba en unos documentos hasta que encontró un sobre que abrió y era un paquete de fotos que entrego en silencio a Jim. Cuando Jim las tomo para observarlas vio a una mujer muy delgada, con anteojos y vestida en forma muy conservadora que sonreía tímidamente. también había fotos de la misma mujer en la playa junto con Ángela y la familia con el mismo cuerpo y la misma sonrisa tímida como fotos de ella en fiestas de la familia. - ¿Quién es esta mujer, Joseph?, pregunto Jim intrigado a la vez que comentaba que parecía la versión negra de Oliva, la de Popeye, con sus largos y ultradelgados miembros y cuerpo - Joseph, se acostó en la cama boca arriba a la vez que unió sus manos y las puso detrás de su cabeza y mirando al techo de su cuarto dijo. - Es la tía Gertrudis, aunque no lo creas. Estas fotos fueron tomadas como dos meses antes de su viaje a Sudamérica y nunca nos mando siquiera una postal como si tuviera en manos darnos una sorpresa. Como puedes ver, en estas fotos, vez a una mujer que si acaso pesaba cien libras de peso corporal y lo que ves ahora puede perfectamente encajar en unas 350 libras de puro músculo. Jim volvió a ver las fotos y mirándolas detenidamente, vio que efectivamente era la ahora musculosa tía de Ángela, solo que estaba demasiado cambiada pero en el brillo de sus ojos como de su boca no había duda. Era la misma. - Me extraña que estuvieras tan nervioso cuando la viste. - Ante ello, Joseph siguió mirando el techo como si estuviera absorto y a la vez comenzó su monologo. Yo, como dos años atrás, le hacia bromas pesadas a la tía Gertrudis cada vez que venia a la casa. En fin, me burlaba de su extrema delgadez, de sus trajes ridículos y de su timidez. También me burlaba de su apariencia anorgasmica como de su soltería. Yo, hacia alarde de fuerza con ella, y me burlaba diciéndole que hiciéramos pulsos como de levantarla por los aires y recogerla con mis brazos como también me reía imitándole su hablado y poses ridículas delante de todos. En especial, recuerdo una vez, que por molestar, le levante la falda para ver que había de sus flaquísimos muslos y no vi nada de interés pero me burle groseramente delante de los demás de ella, por ello, -sonriéndole a Jim- fue que mi madre y mi abuela me dieron una soberana paliza que me dejo en cama tres días y cuando salí del cuarto repuesto de la golpiza me encontré a mi tía quien esgrimiendo su huesudo puño me dijo que algún día se las pagaría todas. Creo hermano, que nunca me imagine verla como es ahora. Ante la respuesta y el ensimimaniento de Joseph, Jim siguió examinando las fotos y comprendió ahora las miradas que Gertrudis hacia a Jim, pero le dijo a Joseph que estuviera tranquilo que consideraba que no había motivo alguno para una posible venganza. Jim sonrió incrédulo como si no creyera en lo que decía su amigo. Unos minutos después, alguien toco la puerta y al autorizarle abrir vieron que era Ángela y detrás de ella su imponente tía quienes entraron al cuarto. Ángela comunico a ambos que al día siguiente deberían de acompañar a su tía Gertrudis a acomodar parte del gimnasio como hacer labores de limpieza del mismo. Que estuvieran listos para las diez de la mañana y que la tía los esperaba en el Gimnasio para la labor. Dicho y hecho camino hasta donde Jim y levantándolo como si fuera un bebe, lo acunó contra su abultad pecho a la vez que le indico que era hora de dormir y lo saco de la habitación de Joseph para ponerlo en su cuarto. había de fijo una noche de pasión propia al estilo de Ángela de hacer el amor. Al salir Ángela con su novio en brazos, la tía Gertrudis aprovecho para lanzarle una mirada a su sobrino, mirándole fijamente a los ojos desde su imponente estatura a la vez que sonreía con una media sonrisa. Sus ojos brillaban con una picara maldad y a la vez que le decía “...a las diez de mañana, querido sobrino” al mismo tiempo que salió de la habitación y cerro la puerta. Joseph estaba ya advertido. Por ende, se puso su pijama y apago la luz para poder conciliar el sueño. Mas no pudo dormirse puesto que en su mente veía una y otra vez a su inmensa tía y de la mirada que le dirigió al salir. Cuando por fin iba a tratar de acostarse, le dio unas grandes ganas de orinar por lo que maldiciendo se levanto de la cama y vio debajo de ella si existía la bacinilla que siempre tenia debajo pero no estaba. Joseph, maldiciendo otra vez vio que no tenia otra alternativa que dirigirse al baño por lo que abrió la puerta del cuarto y vio el oscuro y estrechó pasadizo con un aire lúgubre. Las puertas de todos los cuartos estaban cerradas, y vio que no había “moros en la costa”. Sigiloso y levantándose de puntillas para no hacer ruido, camino hasta el fondo del pasadizo, donde estaba el baño y volviendo la cabeza para todo lado, por si aparecía alguno de la familia, abrió la puerta del baño y la cerro sin poner el pestillo, confiado en que nadie lo seguía. Satisfecho sonrió y levanto la tapa del inodoro, se abrió la pijama y comenzó a satisfacer su necesidad cerrando lo ojos por el alivio, cuando termino y se aprestaba a cerrar la pijama sintió una mano por detrás que con facilidad lo elevaba del piso a una velocidad grande y a gran altura, a la vez que se encendía la luz del baño. La enorme mano que lo sostenía tenia las uñas largas y pintadas de rojo intenso, por lo que fácil era intituir que eran de una mujer. Al volver sus ojos hacia el otro lado, vio que era su tía quien lo acerco bien hacia su cara a la vez que sonreía amplia y malévolamente, a la vez que con los ojos lo invito a vez hacia abajo. Con los pies en el aire y con una sola mano sosteniéndole la nuca, Joseph vio a su tía desde los pies hasta la cabeza y no menos pudo admirarse de las impresionantes formas de ella. Vestia una “baby-doll” de color amarillo que contrastaba con la negritud de su piel, en la parte superior era de tela transparente, donde pudo ver que dormía sin sostén revelando sus grandes pechos coronados con dos areolas negras grandes como monedas y sus pezones erectos y firmes, los cuales se elegían como si la gravedad terrestre no los afectara. En la parte inferior, vestía una corta tanga amarilla que apenas cubría su sexo revelando la amplitud de sus grandes, largos y torneados muslos Terminada la inspección, Joseph volvió los ojos hacia su tía, esperando la reacción de ella. Gertrudis miraba fijamente a su sobrino a los ojos con una sonrisa malévola y sin bajarlo todavía al piso, levanto su otro brazo y bien cerca de sus ojos de su sobrino, lo flexiono para hacer crecer el bíceps, que emergió como un parte de pelotas una mas grande que la otra. El sobrino miraba estupefacto la muestra de dominio femenino que hacia su tía, y sentía que sus piernas comenzaban a temblarle. La tía mientras seguía flexionando su enorme brazo acerco su boca a su oído para susurrarle en forma clara, firme pero suave. - Joseph, ¿ Recordas cuando bromeabas groseramente conmigo cuando yo era pequeña y débil?. Le preguntaba mientras hacia mas grande su “ratón” para impresionarlo mas de lo que estaba y ante el silencio de su sobrino, subió un poco la voz. - ¡Contéstame!. - SSSSi, balbuceo Joseph. - ¡ Muy bien!, replico la amazona. Dicho y hecho, bajo a su sobrino al piso y los pies de Joseph por fin sintieron el frió piso del baño, débiles por el choque nervioso que había sufrido. Creyendo que su tía lo iba a dejar salir quiso ir hacia la puerta pero la manota firme de su celadora mas bien lo empujo contra una pared del baño pegando su espalda contra la misma. El chico esperaba lo peor y en silencio lo que haria ella. Gertrudis, se puso enfrente del chico y acomodando su inmenso cuerpo en la estrechez del baño, miro abajo desde su impresionante tamaño a su presa, y comenzó lentamente a “emparedar” a Joseph contra la pared del baño con su cuerpo torneado, grande y fuerte. El contacto con la piel y la esencia del perfume de Gertrudis hacían excitante pero peligroso a la vez, la contrición que hacia su tía en el. Joseph trató de retirar el cuerpo con las manos y pies, pero era absolutamente inútil, por cuanto sus piernas estaban debilitadas y sus brazos era complemente impotentes para luchar contra las trescientas cincuenta libras de peso de su tía fuertemente musculada pero femenina a la vez. Los grandes y turgentes pechos de su tía como si recibieran una orden de su dueña, se acercaron lenta pero implacablemente a la cara de él, quien veía como su horizonte se volvía negro y mas negro al ser asfixiada su cara por los grandes senos de ella, que le quitaban el oxigeno cada vez mas y mas..... Gertrudis mantuvo por unos minutos mas el aprisionamiento de su sobrino viendo satisfecha como poco a poco perdía su oxígeno de sus pulmones. Sin embargo, considero que no era el momento de ponerlo fuera de combate pero sí de que sintiera que ella no le perdonaba ninguna de sus bromas, por lo que se relajo y soltó a su presa quien parecía que quedó pegado a la pared respirando grandes cantidades de aire. La mujerona agarro las solapas de su pijama y mirándole fijamente a su cara le dijo que fuera a dormir que a las diez de la mañana tendrían un trabajo que cumplir. Al terminar le ordeno a Joseph que fuese a su cuarto y él obedeció la orden como un sonámbulo, entrando al cuarto y procedió a dormirse mas por el cansancio y el estrés que por su necesidad de sueño Al día siguiente. En el desayuno, todos se sentaron en la mesa con la excepción de Joseph, quien por razones obvias se levanto tarde –como a las nueve horas- cosa que nadie excepto Gertrudis, se extraño dada la sobrada fama de dormilón que tenia el muchacho entre la familia. Terminado el desayuno, Ángela dio las ultimas instrucciones a Jim sobre los trabajos de mantenimiento que se debían hacer en el Gimnasio y que le desea suerte mientras ella iba a una sesión de fotos para una revista de fisiculturismo que le serían bien pagados. Ambos se despidieron con un sonoro beso y ella tomo el carro de Jim para ir a la sesión y él tomo las herramientas para proceder a hacer los trabajos que su querida novia le había encargado. Al llegar al Gimnasio, comenzó manos a la obra pero haciendo labores pequeñas de mantenimiento y aseo mientras esperaba a Joseph, para hacer los trabajos fuertes que se debían hacer. Al cabo de unos treinta minutos llegó el chico asombrosamente despierto y con deseos de trabajar. Cuando se disponían a hacer las obras vieron a la tía Gertrudis entrar al Gimnasio y los chicos no menos pudieron asombrarse del cuerpazo de la mujerona que se mostraba ante ellos. Vestia un corvísimo short rosado que dejaba ver la plenitud de sus enormes muslos completamente grandes y estriados con fuertes cordeles de músculos y sus grandes pantorrillas de cuyos pies vestían tenis de marca. En la parte superior, una mini seta apenas cubría sus grandes pechos y hacia marco con sus marcados y fuertes abdominales que parecían algo mas que una simple tabla de lavar. La mujer satisfecha de su impresión dio la espalda a los chicos para que siguieran viendo con pasmo su bien desarrollada musculatura, con fuerte énfasis en su amplia espalda a cuyos lados de los amplios dorsales sobresalían parte de sus enormes senos. Los deltoides, tríceps y muslos traseros eran impresionantes cuando ella alzaba las puntas de sus pies, parecía como si un resorte los pusiera en vilo y sobresalían de su piel con una firmeza que solo Ángela podía igualar. La tía Gertrudis sonrió satisfecha de su dominación sobre aquellos muchachos que al lado suyo parecían pequeños enanos como en la Tierra de Gulliver. A un ademán suyo se dirigieron a un cuarto donde había varios pesados closet y pidió a sus ayudantes que levantaran uno. Joseph y Jim, en un extremo cada uno, trataron de levantar uno con un grado de dificultad para lentamente colocarlo en el sitio que señalo la tía. Gertrudis, entonces dijo a los chicos que vieran como ella sola levantaría un closet y dándole la espalda a ellos agarro el closet por los extremos con sus largos y fuertes brazos y sin esfuerzo alguno lo levanto en el aire para caminar en iguales condiciones al otro extremo del Gimnasio donde lo dejo y al llegar nuevamente al sitio donde estaban los otros, como para no tener de vagos a sus ayudantes, pidió que sostenieran por un extremo los pesados closet y en el otro extremo con una mano de ella levantaron otro y lo colocaron y así sucesivamente hasta que todos fueron acomodados conforme a las instrucciones de Ángela. Después, hicieron unos trabajos de refacción donde Jim demostró su pericia dado que arreglaba con facilidad la instalación eléctrica, los desagües y otros que provoco la satisfacción de la tía quien en algunas ocasiones aprovechaba para apretar por detrás en la espalda del muchacho sus grandes y pesados pechos masajeando suavemente para excitarlo pero sin llegar al clímax, es decir, le subía la temperatura al chico pero luego lo dejaba descansar para luego subir el termómetro hasta el máximo y volverlo a bajar. Con ese juego, Jim era torturado en forma constante, dado que sentía el peso de los pechos de ella pero por otro, no llegaba hasta el limite. En algunas ocasiones, la tía se paraba delante de Jim con las piernas en cada lado de su cara mientras él hacía la labor de colocar una instalación eléctrica en el piso. Cuando inocentemente Jim pedía un alicate, por ejemplo, la tía Gertrudis, se inclinaba y mientras alcanzaba el alicate, con su enorme estatura comprimía el cuello de Jim con sus grandes pantorrillas las cuales al inclinarse la mujer se elevaban de la punta de los dedos y con ellos se hincaban enormemente con lo que estrujaban el cuello de Jim sin llegarlo a ahorcar. Jim sudaba por estas muestras de cariño de la tía, dado que a Ángela no le hacia mucha gracia que su novio coqueteara con otras mujeres incluida su pariente, si lo hubiese visto. Finalizados los trabajos, quedó para el final proceder a lujar el piso de madera y los tres se pusieron “en cuatro patas” para dedicarse con una mano en un estropajo untado de una sustancia química especial para ello, a poner el piso en optimas condiciones. Joseph se puso a un lado del piso y Jim por el otro, y la tía Gertrudis dispuso que trabajaría cerca de su sobrino Joseph, cosa que no se le discutió. Mientras Jim estaba avocado a su trabajo, Joseph se ponía nervioso por la cercanía de su tía, quien con su poderoso brazo derecho sostenía el estropajo para lujar el piso y ella hacia movimientos circulares rápidos y precisos, donde demostraba la plenitud y esplendidez de su tríceps como de su antebrazo cuyos músculos se resaltaban en forma maravillosa de su piel. Ella tenia el cuidado de poner bien a la vista de Joseph su brazo derecho cuando trabajaba para que tuviera una vista amplia de su corpulencia y fuerza. Gertrudis sonreía maliciosamente, y en ocasiones se ponía enfrente de Jim para que este pudiera apreciar –en todas su extensión- la enormidad de sus grandes pechos los cuales eran redondos y enormes cubiertos en la parte inferior por el top que usaba pero en su mayoría se veía turgente su carne ampulosa y firme. En algunos momentos, la mujer meneaba sus enormes tetas para excitar a su sobrino quien se hacia un poco el desatendido pero se veía a kilómetros que tenia su miembro erecto por la vista que le ofrecían los grandes senos de su tía. En otros momentos, ella se volvía dándole la espalda a Joseph, y le daba una vista de su redondo y enorme trasero que sobresalía de la pequeña licra que portaba con poder. Las dos enormes nalgas descollaban como compitiendo cada cual por tratar de ocultar la pequeña ropa que las cubría y le hacia una vista cercana tipo “close up” a Joseph para que las “disfrutara”. Para mayor sufrimiento de su pariente, ella –mientras trabajaba en el piso- cantaba canciones tipo rap donde movía en forma amplia y en algunos intervalos, en forma circular su enorme culo, con lo que hinoptizaba a Joseph quien fanático de dicho genero musical, no podía concebir lo que veía: Ni las enormes piernudas de los videos de rap igualaban su tía y mucho menos en su trasero el cual sencillamente era excepcional. Cuando terminaron el trabajo todos se levantaron y vieron su obra. El gimnasio quedo fenomenal y apropiado para el ejercicio. Cuando vino Ángela no menos pudo que felicitarlos puesto que estaba como ella quería. Y dirigiéndose a su tía le espeto. - lista para ejercicios?. - Gertrudis sonrió ampliamente y haciendo una pose de bíceps le dijo. - Ok, entonces ... ¡Que comience la rutina¡ Dicho y hecho, ambas amazonas procedieron a comenzar su rutina de pesas con pesos verdaderamente descomunales para cualquier otro incluidos los profesionales en la materia. A medida que iban entrenándose Ángela vio que su tía tenia una fuerza verdaderamente descomunal en sus piernas, y que era levemente superior a ella. Las piernas de la tía, cuando se ejercitaban en asentadillas o con maquinas sus distintos músculos sobresalían con fuerza ante cada movimiento de su dueña y eran verdaderos ríos de músculo lo que resaltaba de su piel morena. Podrían medir unos treinta y tres o treinta y cuatro pulgadas de grosor –era lo que suponia Ángela- cuando pasmada veía como cada músculo de sus muslos se encajaban bien en sus piernas y creían como si no fueran a parar. Cada vez que Gertrudis descansaba de su rutina de piernas, Ángela hacia los ejercicios con la misma intensidad y fuerza que ella, pero era evidente que algo no iba bien para ella. La tía vio que su sobrina le examinaba las piernas por lo que tomo una cinta métrica y se midió el muslo derecho y este con todo y la fuerte rutina que estaba haciendo media treinta y seis y media pulgada. Eran por decirlo así, sencillamente monstruosas. Terminada la rutina de pierna, pasaron a los abdominales y ambas parecían parejas en cuanto a fuerza y muscularidad y luego, siguió la rutina de brazos. En esta última, ambas utilizaron no solo equipos especiales sino también mancuernas pesadas de cerca de ciento cincuenta libras en cada mano para hacer series hasta el cansancio. En este aspecto, Ángela sonrió puesto que en brazos le llevaba una leve ventaja a su tía y sus brazos eran dos o tres centímetros mas grandes que los de su ascendiente. Terminada la rutina ambas sudorosas, se fueron al baño y se bañaron y cambiaron de ropa por una ropa deportiva. Ángela se puso un buzo azul con una camiseta blanca sin adornos de clase alguna y unas tenis. La tía Gertrudis, fiel a su estilo, se puso un short cortisimo que abrazada sus enormes nalgas y matizaba sus grandes piernas con un top que cubría la mitad de su vientre pero resaltaba sus enormes bustos que se marcaban en la tela con intensidad. Todavía húmedas por el baño ambas se secaban el pelo afuera mientras Joseph y Jim se esforzaban en hacer su rutina, la cual era de aficionados comparada con la que habían hecho antes las chicas. Mientras estaban observando la rutina de los muchachos, entro Angeline con gran euforia puesto que había ganado dos mil pesos en un juego de póquer con sus amigas y ella vestía una corta falda blanca como de tensita que revelaba sus grandes muslos gruesos, sin marcar pero libres de celulitis y otros males propios de las mujeres gordas. Era evidente que ella era corpulenta pero no obesa u gorda. Tenia puesta también una blusa azul que la hacia ver rebosante. Ella se encontraba con ganas de luchar puesto que desde hacia un tiempo que no lo hacia con alguien por lo que sugirió a Ángela que le permitiera hacerlo con Jim, su novio, dado que con Joseph estaba aburrida de hacerlo y derrotarlo. Ángela asintió divertida con la condición de que no fuese dañado severamente y ante la promesa de su abuela, llamo a Jim y le dijo que Angeline quería una lucha de tipo sumisión con el. Jim, un tanto desconcertado, acepto, todo para complacer a su novia pero extrañado que fuese una “anciana” la que quería pelear con él. Ambos entraron al mat de lucha que estaba en un costado del Gimnasio, y se pusieron en guardia. Jim fue el primero en tomar la iniciativa empujando a Angeline por medio de una zancadilla, que la hizo caer al suelo y una vez que ella estaba en el piso le aplico una llave en una de sus gruesas manos dejándola postrada en el piso boca abajo con una pierna sosteniéndole la espalda. Era una llave de lucha que Jim practicaba en la escuela y era difícil quitársela, lo que Angeline sabía dado que por mas intentos que hacía no lograba sacarla. Ella un poco enojada consigo misma veía como trabajaba por salir del agarre y nada, no lograba salir del mismo, puesto que Jim hacia con todas sus fuerzas el cierre y la mantenía inmovilizada en el piso. Ángela veía con preocupación que su abuela no salía de la llave por lo que le dijo. - Creo que estas derrotada abuela. Mejor deberías rendirte. - Angeline sonriéndole a su nieta le espeto ¿Eso es lo que vos crees? - De seguro, habrá que mandarla al asilo, dijo Jim burlándose de ella y con son de broma. - ¿Qué dijiste?, dijo Angeline haciéndose la enojada. - Que deberás estar en un asilo o en un hospital, abuelita!. Angeline ante esta frase burlona, sonrió ampliamente y sus blancos dientes sobresalieron de su boca mientras observaba distraída a su alrededor para ver como salía del agarre que cada mes mas fuerte hacia Jim. Al observar como estaba parado su adversario, vio que podía desequilibrarlo y a la vez ponerlo en el suelo, por lo que con la mano que tenia libre tomo el tobillo derecho de la pierna de Jim, y lo empujó para un lado a la vez que se inclinaba para aminorar el dolor de la llave. Jim perdió el equilibrio y cayo de espaldas sosteniendo todavía el brazo de Angeline pero era evidente que poco podía hacer cuando el corpachon de su rival se le vino encima aplastándole contra el piso con sus cuatrocientas libras de peso. Al ver la avalancha que se le venia encima, soltó el agarre para tratar de sostener el cuerpo de su contrincante pero era demasiado tarde para él, puesto que el cuerpo de Angelino lo aprisiono contra el piso y ya suelta del brazo que tenia no perdió tiempo para agarrar con un brazo la cabeza de él y tomarla fuertemente contra el costado de su cuerpo a la vez que sostenía el cuerpo de su rival con su peso corporal cerrando con la otra mano el brazo que sostenía su cabeza. La mano libre de Jim fue sostenía entre sus enormes muslotes con lo que él quedo inmóvil en el piso. Angeline unió sus para mantener la cabeza de su oponente bien cerrada entre su bíceps y busto derechos, con lo que la cara de Jim quedo enterrada entre la enormidad de su gran teta comenzando a cortarle el oxigeno que disponía en sus pulmones. El chico nada podía hacer puesto que el cuerpo de Angeline, grande y pesado lo apretaba fuertemente contra el piso y sus manos no podían ayudarle, con lo que los esfuerzos frenéticos de él eran simplemente desesperados. Consciente de su superioridad, la matrona comenzó a masajear su busto en la cara de él, a la vez, que se iba inclinando mas y mas en el piso para tratar de aplastarlo con su enorme peso. Mientras hacia eso, sonreía ampliamente con ironía como recordando que la querían mandar al asilo, según Jim. A pesar de dominarlo no-tenia necesidad y deseos de terminar rápido sino por el contrario, quería seguir con el juego. Cuando su cuerpo estuvo encima del de Jim, ella soltó la cabeza de su rival y aprovechando que estaba tomando grandes cantidades de aire por la sofocación que le habían hecho, ella aprovecha para sentarse a horcajadas en su pecho pero sin sentársele con todo el peso corporal sino que aprisiono cada mano con sus piernas y se levanto un poco para darle una visión cercana de sus gargantuales muslos que sobresalían de su faldita de tenista con gran turgencia. Ella se irguió mirando hacia abajo para poder ver la cara de Jim quien todavía seguía respirando grandes bocanadas de aire y quien desde donde estaba veía como era circulada su cara por los enormes muslos de la abuela de su novia. Angeline sonrió a la vez, que le decía. - Como que tengo que ir al asilo. ¿eh?. - Jim no contestó debido a que su garganta necesitaba tragar mas aire para sus pulmones por lo que únicamente sonrió como tratando de hacer el tonto ante la pregunta. Ante el silencio de él, Angeline sonrió ampliamente y fue cuando entendió la maniobra de Jim, quería distraerla para ver si se soltaba y salía de donde estaba, por lo que ella ante esta artimaña se sentó pesadamente en el pecho de él, y fijo mejor los brazos con sus piernas. El chico entendió claramente que no había escapatoria posible: las 400 libras de su rival lo tenían ahora bien prensado contra el piso y no podía moverse. La matrona siguió sentada encima de su rival quien desesperadamente se movía como si fuese un pescado fuera del agua, sin poder lograr levantarla de allí. Pasados unos minutos ella sin dejar de estar sentada encima de su tórax abrió sus piernotas para ponerlas a cada lado de la cabeza de Jim pero en forma extendida levantando los dedos de sus pies para tensar un poco sus grandes muslos. La cabeza de Jim difícilmente se veía entre esas dos montañas de músculos. Considerando que era suficiente y que no deseaba aplastar a su oponente se levantó para que él pudiese aliviarse un poco del fuerte peso que se le puso encima, y en forma rápida se coloco de rodillas delante de su cabeza para aprisionar la misma con sus grandes muslos en una tijera a la vez que con sus manos sostenía las de el. Divertida con la situación que tenia al chico y sin inmutarse por los frenéticos movimientos de él, procedió a practicarle su favorito agarre que era la tijera de reversa con la cual innumerables hombres habían caído bajo sus fuertes muslos. Ella con gran pericia se puso encima del cuerpo de Jim cuan larga era y con la ayuda de sus muslos coloco la cabeza que tenia presa encima de los grandes músculos de sus miembros inferiores sosteniéndola en con su cierre de tobillos. De la cabeza aprisionada únicamente sobresalía parte de la boca y la nariz junto con los gritos ahogados de Jim tratando de pedir auxilio. Angeline sonrió volviendo su cabeza hacia atrás para ver el estado que tenía su presa: Era evidente que estaba en el momento oportuno para finalizar el combate. Moviendo con maestría sus muslos comenzó a engullirse la cabeza de Jim en forma lenta la cual bajaba inexorable hacia lo mas profundo de su interior como si estuviese en una arena movediza. El movimiento de los muslos de –en forma sistemática- comerse a él era tremendamente efectivo y los movimientos de manos cada vez mas frenéticos de Jim confirmaban eso. Angeline, cuando llevaba la mitad del trabajo hecho, comenzó a manipular la fuerza de sus muslos mas rápido con el objeto de acabar lo mas pronto posible. Literalmente la cabeza se hundió y fue enterrada entre las grandes carnes de la matrona quien basándose en habilidad había hundido la misma entre las interioridades de su trasero y entrepierna hasta que le provoco un fuerte orgasmo que hizo que gritara con fuerza mientras estrujaba mas sus muslos y su trasero alcanzan dimensiones épicas con su presa bien adentro de éste. Cuando la excitación terminó, abrió sus enormes moles y la cabeza de Jim salió de su encierro. Asombrosamente, estaba semi-inconsciente, con la cabeza dándole vueltas pero en relativo buen estado de salud y sin ningún hueso de la cara roto, todo ello, como muestra de la pericia de su dominadora que en caso de haberlo deseado lo hubiera mandado al hospital o como máximo lo hubiera matado. Angeline se incorporo y dejo a Jim mientras que descansaba boca arriba en el piso a la vez que manifestaba con ironía que ella no tenia que ir al asilo o una institución de vejez como lo insinuaba Jim. Sin embargo, estaba agradecida con él por todo el trabajo y el placer que se había dado por lo que le pidió a Ángela que lo repusiera y una vez que estuviera bien, quedaba invitado a cenar en su casa con una sabrosa cena para que “volviera a la vida”. Ángela hizo caso a su ahuela cargando a Jim en sus brazos como si fuera un bebe y se lo llevo a un cuarto para darle sales y algunos primeros auxilios que necesitaba. Angeline sonrió picadamente a Gertrudis quien a su vez comenzó a mirar en forma asesina a Joseph. El momento de ajustar las cuentas y de la venganza había llegado, y el lo sabía por lo que trato de escabullirse para evitar la confrontación con su corpulenta y fornida tía. Sin embargo, fue inútil. Mientras buscaba la salida no se percató que Gertrudis lo siguió a una distancia prudencial y con su largo y fuerte brazo lo alcanzó por el cuello haciéndolo fácilmente levantado del piso y dando media vuelta lo llevo hasta el mat para ponerlo allí. Una vez puesto y sin perder tiempo le aplico un abrazo de oso a Joseph con sus fuertes y enormes brazos que lo hizo levantado del piso y lo estrujaba a mas no poder. Los poderosos brazos y hombros de la mujer comenzaron a hincharse grandemente a la medida que constreñía a Joseph hasta vaciarle el aire de sus pulmones. El chico apenas podía gritar y luego se quedo sin aire suplicando con la mirada que lo dejara ir. La tía soltó el abrazo y Joseph cayo al piso boca arriba respirando aire y sintiendo su cara toráxico adolorida por el fuerte abrazo de su tía. Ella no perdió el tiempo y se puso detrás de él para levantarlo un poco y aplicarle un Nelson completo con el que puso la cabeza de él hasta su pecho y cuando comenzó a apretar se hizo caída de espalda al piso donde enrollo sus salvajes muslos en la cintura del chico y cerro los tobillos. Los muslotes estrujaron las costillas como si fueran ramas secas y las tenían al punto de quebrarlas mientras que sus enormes brazos casi partían el cuello de Joseph en dos. El estaba totalmente inmóvil y a merced de su amazona quien forzaba mas y mas sus piernas y brazos. Parecía que iba a destriparlo entre ellos. Pasados unos minutos soltó tanto el Nelson con sus muslos de su victima y nuevamente Joseph quedo boca arriba en el piso doliéndole todo el cuerpo. La tía se le acostó encima agarrando su cabeza y encajándola entre sus grandes pechos mientras que a la vez, aplicaba una enredadera de pierna con sus fuertes muslos en las suyas. Cuando abrió sus piernas, las de su presa comenzaron a sufrir como si fueran a quebrarles las mismas en poco tiempo a la vez que su cabeza se hundía entre los senos de Gertrudis quien sostenía la cabeza con sus grandes manos. El cuerpo de Joseph quedo totalmente cubierto por el fuerte cuerpo de la mujer En este punto las fuertes y poderosas caderas de la tía comenzaron a acometer su sección media golpeándole sin misericordia mientras que los pechos grandes y turgentes seguían ahogando a Joseph quien ya no resistía mucho a la enorme fuerza de su ancestro. Dejándole totalmente magullado y sin fuerzas, la tía lo soltó y se sentó en su estómago con su fuerte y gran trasero que le comprimía su estomago a la vez que observaba desde su gran altura como su sobrino tenia la cara casi púrpura por falta de oxigeno y sin poder respirar bien. Ella se irguió tensando fuertemente sus dorsales que se abrieron en una “V” amplia y poderosa mientras que su enorme trasero se hincho de músculos dominando todavía mas a la victima que tenia debajo. Gertrudis considero que era hora del final por lo que subió su cuerpo hasta los hombros de Joseph, a la vez que colocaba sus grandes muslos en cada lado de la cara de él. Joseph penso con terror que su tía iba a sentarse en su cara hasta que quedara inconsciente y temía lo peor. Pero la tía tenia otros planes para él: Mientras lo sostenía con sus fuertes muslos y trasero que ahora comprimían su tórax, se volvió a donde estaba Ángela y Angeline quienes observaban la dominación que estaba haciendo a Joseph y levantándose un poco de donde estaba tomo el cortisimo short que llevaba para acortarlo mas con sus manos de manera que se viera como si fuese una diminuta tanga con lo que sus enormes nalgas sobresalían con poder como para advertir de lo que iba a hacer. La amazona –según explicaba a su sobrina y madre- iba a hacer un agarre denominado “la grúa” que consistía en sostener la cabeza del oponente entre sus grandes muslos, con la cara pegada a su entrepierna, a la vez que elevaba el cuerpo de su victima con sus pantorrillas y le aplicaba una especie de subi-baja hasta que quedara inconsciente. Mirando hacia abajo, hacia la cabeza de Joseph, miro fijamente a éste mientras le decía que iba a servir de “modelo” para demostrar esta forma de lucha y hecho, procedió a tomar la cabeza de él con sus grandes manos mientras abría sus grandes muslos a cada lado de la cabeza de Joseph a la vez que colocaba sus fuertes pantorrillas debajo del cuerpo de Joseph con lo que quedo semi-arrodillada con la cabeza de su rival entre sus muslos con lo que tomo la misma para subirla hasta su entrepierna y cerro sus piernas dejándola encerrada entre ellos. Luego se inclino hasta el piso cuan larga era para elevar un poco la cerviz con lo que sus muslos se tensaron y elevaron a Joseph cerca de medio metro gracias a la fuerza de sus pantorrillas. Hecho lo anterior, procedió a cruzar los tobillos y bajar el cuerpo de su rival al piso mientras comprimía la cabeza contra su sexo y sus enormes muslos. Lo que vino después era impresionante. Ondulándose en todo su cuerpo, Gertrudis hacia elevar y bajar el cuerpo de Joseph como si fuera una muñeca de trapo en un ritmo cada vez mas frenético de tal forma que el cuerpo de él se bamboleaba en forma rítmica con la cabeza poniéndose roja y luego casi púrpura. Lo que mas extrañan todos los presentes era que Joseph no se desnucaba con los frenéticos movimientos de la amazona dado que lo que lo elevaban eran las fuertes y monstruosas pantorrillas de ella quienes evitaban que el cuello de el no sufriera daños graves y se evitara gastos innecesarios en cuentas de hospital. Pasados unos minutos en que se aplico la “grúa” al pobre Joseph, él quedo inconsciente en el piso, totalmente atontado por la fuerza de su tía. Viendo que había terminado el desigual combate, abrió las piernas para soltar a Joseph de ellas y su cuerpo quedo boca abajo, lo que aprovecho Gertrudis para sentársele en su cara poniéndole su sexo en su boca y nariz mientras se erguía en una pose victoriosa. Para Ángela lo hecho por su tía era, en verdad, impresionante, sin embargo consideraba que Joseph no era un verdadero rival para Gertrudis siendo mas bien que ella podría vencer (con cierta dificultad, claro) a ella. Su tía, estando sentada en la cara de Joseph, se volvió a mirarla y como si le leyera el pensamiento meneo el índice como retándola a medirse con ella. Con ello, Ángela entendía muy claro que su tía también tenia en mente que ni su novio ni su hermano eran rivales para ella sino que se quería medir con su sobrina para ver si una musculosa mujer igual que ella, podría vencerla. Ante la señal de su tía piso un extremo del mat y miro fijamente a su tía con las manos puestas en sus anchas y musculosas caderas. Gertrudis entendió el gesto y se levantó de donde estaba para levantar a Joseph con sus fuertes brazos y dejarlo a un lado del mat, para luego volverse donde estaba su sobrina, a la cual miró fijamente. Con un aire de suficiencia, Gertrudis pregunto. - Querida sobrina, ¿Usted también quiere medirse conmigo eh? - Ángela no hablo sino que miraba con una mirada asesina a su tía. Ella no toleraba un reto de esta clase. - Muy bien ¿Comenzamos?. - Ángela entro mas al mat y se alisto para la batalla. De una forma rápida y sorpresiva, ambas chocaron sus fuertes y poderosos cuerpos entre si. Tomándose de ambas manos midieron sus fuerzas y ninguna de ellas se daba tregua con los músculos de su cuerpo tensados al máximo tratando de doblegar a su oponente. En ese momento Ángela se dio cuenta que su tía era mas fuerte que ella en la fuerza de sus piernas pero que ella era un poco mas fuerte en los brazos, por lo que considero que debía evitar las piernas de su tía si quería ganar. A una conclusión similar llego Gertrudis al sentir la presión de los fuertes brazos de su sobrina. La tensión era brutal, y ambas luchadoras no cedían un ápice de retraso por lo que los segundos se hicieron eternos. Las espaldas de ambas contrincantes se hincharon de músculos al chocar la fuerza de las dos y sus piernas emergieron todos y cada uno de los grandes muslos que ambas poseían. Los dientes se crisparon y los ojos de las dos quedaron cerrados por la potente fuerza que venían haciendo para derrotar a su rival. Gertrudis tomo la iniciativa para aprovechar el enorme esfuerzo de su sobrina y voltear su cuerpo para que éste cayera al piso mediante un movimiento rapido de cadera. Ángela cayo en el piso de espalda y cuando trato de levantarse, su tía procedió a colocar ambos muslos en la sección media de ella y se tiro al piso, al mismo tiempo que ponía una demoledora fuerza de sus muslos en estrujar el estomago de Ángela mientras que le aplicaba un medio Nelson para inmovilizarla. Fue en ese momento en que Ángela aquilató la verdadera fuerza de los muslos de su tía. Se veían fuertes, pero era otra cosa sentirlos como anacondas en su estomago. La chica se movía frenéticamente para quitarse el agarre pero era inútil puesto que la tía se aseguraba de tenerla en su lugar y apretaba cada vez mas fuerte la sección media de su sobrina que era una verdadera pelota de músculos endurecidos por el ejercicio y las piernas de Gertrudis se hincharon a mas no poder. Por primera vez en mucho tiempo Ángela sintió el dolor y sus lagrimas decían lo que sentía: Era como si el abdomen y la cavidad abdominal iba a explotar y sus pulmones ya no aguataban la falta de aire. Evidentemente ella por su contextura física y su entrenamiento era que aguantaba pero de ser un ser humano normal, prácticamente seria destrozado en menos de cinco minutos por los perniles de su tía quien hacia esfuerzos por derrotar a su sobrina y ello se reflejaba en su cara. Casi al borde del colapso, Ángela bajo los brazos en forma fuerte y se quito el Nelson de su tía con lo que giró su cuerpo y abrió la tijera que casi la tenia derrotada. Sin aliento y con apenas aire en sus pulmones, procedió a saltar sobre la espalda de su tía para sostener el cuello de ella con sus fuertes brazos a la vez que se sentaba en el piso con su presa y ponía una tijera de cuatro en la sección media de su rival con la técnica de colocar y apretar el diafragma de su tía con su fuerte y abultada pantorrilla derecha mientras la otra pierna cerraba el agarre. En ese momento Ángela entendió que era el punto débil de su tía puesto que si bien tenia unos abdominales enormes y bien cortados duros como el acero, la zona del diafragma era un tanto débil y por allí podía con su técnica y su fuerza derrotarla por lo que puso toda el alma en apretar con sus fuerzas el agarre mientras sostenía el cuello de Gertrudis con sus fuertes antebrazos. La tía comenzó a entender la jugada de su sobrina. No era cuestión de fuerza o de músculo, era de técnica y de un punto débil de su contextura, por lo que entendió rápidamente que se quedaría sin aire en sus pulmones y con el estomago colapsado por la fuerza de su sobrina, por lo que comenzó a tratar de soltarse del cuello pero Ángela sostenía con fuerza y aplico una llave de judo para tratar de estrangularla y evitar mas movimientos consciente de que si su tía salía de allí, no había escapatoria alguna y seria derrotada. En forma lenta pero tenaz, la chica apretaba mas con su pantorrilla el diafragma de su tía hasta que la misma se combó en forma extraordinaria. Al cabo de unos quince minutos la tía dejo de luchar y a pesar de ello, Ángela siguió apretando hasta que Gertrudis quedo colapsada en el piso y fue cuando la soltó para caer boca arriba en el piso. El cansancio de Ángela era evidente. Su sudada ropa revelaba la enormidad de sus senos y de sus areolas las cuales resaltaban de la parte superior de la ropa que llevaba puesta. Su cara estaba mas que húmeda del esfuerzo y sus músculos tensos, demasiado tensos por el brutal esfuerzo que había hecho. Mirando hacia su tía que yacía inconsciente en el piso, no tuvo mas que reconocer que era la mejor rival que se había enfrentado en años. Levantándose con gran esfuerzo procedió a revivir a su pariente mediante una palmaditas en la cara y luego las sales para que las oliera y volviera en sí. Gertrudis poco a poco volvió a tomar conciencia de donde estaba y lentamente se levantó del piso para luego sentarse en una banqueta y seguir tomando aliento. Estaba consciente que la tijera de su sobrina fue brutal y le había sacado el aire de sus pulmones pese a su abdomen de acero que tenia. Ya más recuperada se acerco donde Ángela para abrazarla cariñosamente y reconocer que había sido derrotada por esta vez y al mismo tiempo, mientras sonreía le dijo que había tiempo para la revancha. Ambas se dirigieron a las duchas para bañarse, cambiarse y cenar en la casa de su abuela. Luego de la cena, fueron al hospital a traer a Joseph quien fue dado de alta y regresarlo a la casa. Al día siguiente, Gertrudis alisto sus cosas, y en la mañana se despidió de Josie, de Angeline y muy especialmente de su sobrina Ángela, dio un beso amplio a Jim y fue hasta el cuarto de Joseph, quien se hizo el dormido para no ver a su tía. Sin embargo, ella tomo con sus fuertes manos un costado de la cama y la movió frenéticamente lo que despertó a Joseph, quien soñoliento vio la inmensa masa de su tía al lado. Gertrudis, satisfecha, le dijo un “hasta luego” mientras sonreía ampliamente y a la vez flexionaba su enorme bíceps para recordarle quien era la jefa. Terminado eso, salió del cuarto cogió sus cosas y tomo su carro rumbo a su pueblo. Todos los Blacwood la miraron partir. Fin.